Alguersuari, pionero del fotoperiodismo
El abuelo del piloto de fórmula 1 ilustró durante medio siglo todos los grandes acontecimientos deportivos
El primer Vespino que pisó Moscú lo hizo en 1980 durante los Juegos Olímpicos, gracias al ingenio y a la habilidad de Francisco Paco Alguersuari, uno de los pioneros del fotoperiodismo deportivo en España, premio World Press Foto de 1961 y poseedor de la Orden Olímpica desde 1985, y abuelo de Jaime, actual piloto de la escudería de fórmula 1 Toro Rosso. En la cita olímpica rusa, todos los periodistas y fotógrafos acreditados alucinaron al comprobar cómo Alguersuari se movía por la ciudad con una motillo, "que llegó desmontada en el avión y que tuvo que dejar allí cuando los Juegos terminaron", recuerda Rafael Seguí, compañero de Alguersuari en aquel viaje. Este ejemplo permite hacerse una ligera idea de lo que fue la vida de este fotógrafo, un apasionado del ciclismo que llegó a cubrir 25 Tours de Francia y 20 Giros de Italia, 30 ediciones de la Volta a Cataluña y 32 Rallies de Montecarlo, además de seis Juegos Olímpicos.
"Su forma de trabajar era única a la vez que necesaria para él. Era el fotógrafo orquesta", le define Emilio Pérez de Rozas. "En aquella época no podíamos vivir de vender un par de fotos a un periódico o una agencia, así que Paco vendía las suyas a los propios ciclistas", recuerda Seguí. Estas necesidades precisaban de una infraestructura que, la mayoría de veces, tenía que acomodarse en su Vespa. "Llevaba el laboratorio a cuestas, además de una escalera para hacer fotos distintas. Verlo trabajar era un espectáculo", explica Carlos Pérez de Rozas. "Llegaba al hotel, precintaba las ventanas del baño y se ponía a revelar. Él vendía inmediatez, instantaneidad", puntualiza Emilio. Estos dos elementos quedan reflejados en la instantánea que Alguersuari le hizo a Miguel Poblet, durante una etapa del Giro de Italia de 1959, en la que se ve al ciclista de pie, desesperado, con su bicicleta tendida en el suelo, mientras él levanta una rueda pinchada y pide ayuda.
Palomas mensajeras
Alguersuari no dudó en emplear elementos poco comunes para conseguir entregar sus fotos a tiempo, o sea antes que nadie. "Era muy común que viajara con palomas mensajeras que luego llevaban sus rollos de película", asegura Seguí. "Tuve la suerte de compartir con él un Rally de Montecarlo. Una mañana nos colocamos en una curva, extendió una pancarta de bujías Champion, ató uno de los extremos a un árbol y me pidió que sujetara el otro. Esperamos a que llegaran los coches y comenzó a disparar", descubre Emilio Pérez de Rozas. "La semana siguiente, su foto era un anuncio de la marca de bujías que salió en multitud de revistas. 'Champion estuvo en Montecarlo', se leía", desvela el periodista.
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