"Pediremos que no se cierre Garoña"

Tres son los grandes pactos que el Gobierno y el PP están trabajando -educación, energía y presidencia europea-, y uno de ellos se complicó ayer bastante incluso antes de que empiecen las negociaciones.

Miguel Sebastián, ministro de Industria, y Cristóbal Montoro, responsable de Economía del PP, han mantenido ya conversaciones a la búsqueda de un pacto para reformar el modelo energético español, demasiado dependiente del exterior y con poco peso aún de las energías renovables. Pero Mariano Rajoy le puso ayer un condicionante a ese acuerdo que lo complicará mucho. El líder del PP viajó hasta Garoña, en Valle de Tobalina (Burgos), para visitar la central nuclear y reunirse con alcaldes de la zona, muy molestos por la decisión de José Luis Rodríguez Zapatero de cerrar en 2011 la instalación. Este complejo da trabajo y riqueza a toda la zona, por lo que la oposición al cierre es total entre los vecinos.

Rajoy fue tajante. "Vamos a ir a el pacto de la energía. Pero como primer punto vamos a pedir que no se cierre Garoña sólo porque un presidente ha tomado una decisión caprichosa". El líder del PP, ante el entusiasmo de los alcaldes locales, aseguró que si gobierna su partido, Garoña no se cerrará.

A la puerta del local donde convocó a los regidores, en Quintana de Martín Galíndez, una decena de ecologistas, con una pancarta que decía No más prórroga. Garoña cierre ya, trató de aguar la fiesta al líder del PP. Algunos le gritaron: "¡Trajes para todos!", en referencia al caso Gürtel. Antes, unos 200 trabajadores de la central nuclear le habían aclamado. Incluso le habían preparado el encuentro con la hija de uno de ellos, de cuatro años, que le pidió que no se cierre para que su padre le pueda seguir comprando regalos.