Entre Singapur y Houston
Barcelona quiere aprovechar su espectacular infraestructura de salud para convertirse en la capital de turismo médico de Europa
La capital catalana, que lleva 23 años promoviendo oficialmente la recepción de pacientes extranjeros en sus clínicas privadas, está decidida, según afirma Juan Soriano, secretario del Consejo Empresarial de Barcelona Centre Mèdic (BCM), a convertirse "en la capital médica de Europa". No por pura presunción sino porque la prestación de servicios médicos a un mercado de salud cada vez más internacional se ha convertido en una oportunidad de excepción para ciudades como Barcelona, dotadas de una potente infraestructura clínica y un prestigio consolidado, sobre todo en especialidades como la oftalmología, la oncología, la fertilidad, la cirugía plástica o la traumatología.
La especialización de muchos centros en áreas determinadas, la expansión de las clases medias en países con mala sanidad pública y el abaratamiento de los viajes de avión ha disparado las cifras mundiales de esta nueva forma de turismo. "Aun cuando para nosotros", explica Carlos Mestre, director del Programa Internacional de Teknon, "el área internacional sigue siendo minoritaria con respecto a los pacientes españoles, ha estado creciendo a tasas superiores al 20% al año".
La capital catalana quiere atender hasta 20.000 pacientes extranjeros en 2012
Más importante que las cifras absolutas es la alta rentabilidad de este tipo de turismo. Los expertos calculan que los 9.800 pacientes extranjeros que viajaron a Barcelona en el 2008 dejaron cerca de 60 millones de euros en la ciudad. "Se trata de turistas", asegura Ignasi de Delàs, director del Turismo de Catalunya, "de alta capacidad adquisitiva y que se desplazan para realizar intervenciones o tratamientos caros". Y tanto. Según explica Javier Planas, de la clínica Planas, "un tratamiento de antienvejecimiento puede costar alrededor de los 8.000 euros". No extraña que ante estas perspectivas decenas de países del mundo estén apostando por situarse en este nuevo mercado, entre ellos países como India o Brasil, y emular los éxitos financieros de ciudades como Houston o Singapur, referentes mundiales de capitalidad médica.
Todo ello explica las aspiraciones de la ciudad, con 35 clínicas privadas de prestigio internacional, entre ellas centros tan señalados como Barraquer (oftalmología), Planas (Plástica) o Teknon (General), y que busca, dice De Delás, "doblar el número de pacientes extranjeros hasta los 20.000 en el 2012". Algo que según Soriano, de BCM, no es difícil de conseguir ya que "en oferta médica estamos en la Champions. Ninguna otra ciudad europea tiene tal concentración de centros, con el nivel profesional y de equipamientos de Barcelona". Una ciudad que ha sido cuna de profesionales como Barraquer (con sus operaciones de cataratas) o Puigvert (en urología) De hecho, algunas de estas clínicas llevan décadas muy activas en el mercado internacional, 22 de ellas fundaron BCM en 1986, en asociación con la Generalitat, el Ayuntamiento o la cámara de comercio, justamente para actuar de forma conjunta en esa área y, según explica Albert Madrigal, coordinador general de Barraquer, para "vehicular el interés de los extranjeros por nuestros servicios".
Para cumplir con sus objetivos de hacerse con el liderazgo absoluto en esta nueva modalidad de viajes, BCM creó el año pasado un consejo empresarial en el que dio entrada a decenas de empresas, desde hoteles a farmacéuticas pasando por despachos de abogados, consultoras financieras o empresas de eventos.
Todo un paso adelante. Hasta hace poco cada una de estas clínicas hacía la guerra un poco por su cuenta, al margen de cualquier plan elaborado de marketing. "Nunca tuvimos una estrategia de internacionalización", reconoce Madrigal, de Barraquer "al margen de cuidar los pacientes lo mejor posible, de crear una escuela de especialistas originarios de todo el mundo, que luego se convertían en referidotes nuestros, o de firmar algún que otro convenio con hospitales o gobiernos". Esta clínica intervino el año pasado nada menos que 3.000 pacientes, sin contar las visitas, que fueron más.
Tampoco Planas planificó su estrategia internacional. "Somos muy conocidos", explica Planas, "lo que hace que nos envíen casos complejos o requieren algo especial". La clínica, que recibe el 10% de sus clientes de fuera de España, apostó, al igual que Barraquer, por la formación como medio de difusión y creación de marca. "Tenemos un auditorio", dicen, ahí, "donde realizamos todos los años el Curso Internacional de Cirugía Plástica y Estética, al que vienen centenares de médicos de todo el mundo". Otro recurso muy utilizado han sido los acuerdos con grandes mayoristas de viajes que preparan paquetes específicos para estas clínicas. La creación del Consejo y el apoyo de los organismos públicos hará posible intensificar estas acciones, que ya se han acelerado en los últimos meses. En 2008 BCM asistió a 12 foros internacionales de turismo médico y firmó dos acuerdos con Rusia y Egipto para elevar el volumen de pacientes que acuden a Barcelona. Para este año prevé acuerdos similares con empresas médicas y aseguradoras de EE UU, Canadá, Qatar, Bélgica y Reino Unido. "También estamos invitando", explica De Delàs "a grupos de prensa u operadores turísticos. Este año ha venido uno de los grandes canales de televisión de Rusia, que tiene un programa de medicina con mucha audiencia".
En octubre BCM y Turismo de Catalunya estarán en el II World Mèdical Tourism and Global Health Congress, al que asistirán unas 2.000 entidades de 550 países.
En Barcelona están muy confiados en obtener resultados importantes a no muy largo plazo. Ninguno de los profesionales consultados considera que exista otra ciudad con las mismas potencialidades. "Existen rivales", explica Soriano, de BCM "en especialidades concretas y con alguna que otra clínica, como Montepllier en oftalmología, Francfort en cardiopatías, Múnich en oncología, Trento en diversas especialidades, pero ninguna tan completa en su oferta como Barcelona". Y luego está el precio. Un factor no desdeñable. "Al margen la calidad asistencial, que es muy alta", apunta Soriano, "el precio de la sanidad privada es aquí un 30% más bajo que la media de la UE-15 y un 50% más barata que en EE UU".
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