La pasividad del juez permite que Millet ponga a la venta propiedades
El ex presidente del Palau intenta desprenderse de un local y una casa de lujo
La familia del ex presidente del Palau de la Música Fèlix Millet sigue haciendo y deshaciendo a sus anchas. El nuevo equipo gestor logró el pasado miércoles dar marcha atrás y dejar sin efecto el pelotazo con el que Millet pretendió lucrarse a costa del Palau que él mismo dirigía, vendiéndole por tres millones un local de su propiedad que le había costado la mitad, 1,5 millones. Ahora, abortada la operación, Millet trata de venderlo por mucho menos: 1,25 millones.
Millet sólo puede vender el local si cuenta con la autorización del juez, que ha sido instado, sin éxito, por el fiscal para que tome declaración a los querellados.
Millet vendió en julio el local al Palau a través de la sociedad Set Hermani, SL, en liquidación desde 2007 y cuyos accionistas son Millet (80%) y su mano derecha, Jordi Montull (20%). Ambos compraron el local del número 12 de la calle de Sant Pere més Alt, justo enfrente del Palau, hace cuatro años por 1,5 millones. Y en julio lo revendieron por tres millones, con lo que se embolsaban unas plusvalías de 1,5 millones. Además, con esa operación se suscribió una hipoteca de 1,13 millones con el Banco Santander que está resultando más complicada de deshacer de lo previsto.
Felip Puig rechaza devolver el dinero recibido porque "todo fue legal"
Un día después de que se dejara sin efecto la compra, la agencia de la propiedad inmobiliaria Optio Real Estate -cuyo apoderado es Xavier Rafart, yerno de Millet- ya lo comercializaba por 1,5 millones por Internet y 1,25 millones cuando se le preguntaba el precio por teléfono.
La agencia también comercializa otro inmueble de la familia. Se trata de una torre de tres plantas en la calle del Rosario, en Les Tres Torres. Esta casa pertenece a la esposa de Millet, Marta Vallès, y procede de una herencia que recibió junto con sus hermanos.La Fundación Orfeó Català, que presidía Fèlix Millet y que se nutría de importantes aportaciones públicas, subvencionó la Fundación Trias Fargas, vinculada a Convergència Democràtica de Catalunya. El número dos del partido, Felip Puig, admitió ayer que la fundación recibió 630.000 euros del Palau de la Música entre 1999 y 2008. Aseguró que la fundación del partido destinó este dinero a "actividades de promoción de la cultura popular" y negó que se utilizara para financiar actividades políticas.
Puig compareció en conferencia de prensa para explicar las donaciones a la fundación del partido procedentes del Palau, cuya existencia avanzó ayer La Vanguardia. La Fundación Trias Fargas, el laboratorio de ideas de CDC, recibió siete donaciones de entre 60.000 y 120.000 euros de la Fundación Orfeó Català entre 1999 y 2008. Puig aseguró que estas donaciones son "totalmente legales".
Sin embargo, según fuentes de la investigación, la auditoría sólo encuentra un certificado en el que consta una entrega de 90.000 euros a la Fundación Trias Fargas entre los ejercicios 2005 y 2008. Tras rastrearlo varias veces, estas fuentes afirman que en estos años no constan más aportaciones a la fundación vinculada a CDC, a pesar de que Puig afirmó ayer que había recibido más de 240.000 euros del Palau de la Música en este periodo y que Fèlix Millet nunca hizo ninguna aportación personal.
El vicesecretario general de CDC se esmeró en desvincular las donaciones a la fundación Trias Fargas de las recibidas por el también dirigente nacionalista Àngel Colom. Con todo, se apuntó en parte a la teoría defendida por Àngel Colom sobre una supuesta conspiración contra el nacionalismo catalán. Resistiéndose en todo momento a dar nombres -Colom había apuntado directamente a los socialistas-, Puig aseguró que "algunas ideologías intentan aprovechar el caso Palau para acabar con el modelo de concertación público-privado que tan bien ha funcionado en Cataluña". Asimismo aseguró haber conocido el jueves las donaciones y atribuyó a ello el hecho de que el mismo día negara públicamente que Convergència hubiese recibido dinero del Palau. Según Puig, la Fundación Trias Fargas no se plantea devolver el dinero.
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