Griñán quiere reorientar la política de cooperación con Marruecos

José Antonio Griñán acabó ayer su primera visita a Marruecos con una sonrisa, tras visitar los proyectos de cooperación financiados por Andalucía en Alhucemas. Para la Junta esta zona es un área prioritaria de actuación porque es donde hay más inmigración clandestina y tráfico de drogas. Pero tras entrevistarse con los dirigentes locales, abogó por un cambio en la política de ayuda en la que primen los proyectos relacionados con las actividades productivas sobre los de equipamientos e infraestructuras. Además, quiere que sean las asociaciones locales las que tengan mayor protagonismo en las acciones programadas por la Administración autonómica. "Hay que pasar de la cooperación a la asociación, y que juntos escribamos el guión", subrayó.

"Mi primer viaje ha sido mejor de lo que esperaba", sostuvo el socialista

Estas palabras se traducirán en hechos "desde ya mismo", por lo que una comisión mixta de la Junta y de la región de Taza-Alhucemas-Taounate definirán "el nuevo modelo de acción" en la zona, que seguirá abierto a las ONG de la comunidad. Griñán visitó ayer centros sanitarios equipados y construidos o rehabilitados con fondos andaluces -en total hay en funcionamiento ocho, y cuatro en proyecto, lo que ha supuesto una inversión de 1,3 millones de euros- y el nuevo centro de diagnóstico del Hospital de Alhucemas, que atiende a una población de 392.000 personas.

En este hospital, la cooperación andaluza ha donado una ambulancia y dos clínicas móviles bautizadas con el nombre de dos luchadoras republicanas, los de Rosario Sánchez, conocida como la Dinamitera, y de la puericultora Emilia Barral, fallecida hace cinco años. Estos vehículos se desplazan a zonas rurales y están diseñados para acoplarse entre ellos y convertirse en un pequeño hospital de campaña en caso de catástrofes, como la provocada por un terremoto en 2004, que dejó más de 600 muertos.

Pero donde disfrutó a tope fue en la visita al colegio Moulay Rachid, en el que la Junta colabora con 300.000 euros en un programa conjunto de Unicef y del Gobierno de Marruecos para combatir el abandono escolar.

En este centro acuden de manera voluntaria niños de tres a seis años, edad a partir de la cual es obligatoria la enseñanza en Marruecos. Tras visitar varias aulas, Griñán prometió incluir en el programa un plan de intercambios de alumnos y profesores con una escuela malagueña, lo que fue acogido con júbilo por las profesoras marroquíes.

"Mi primera visita ha sido mejor de lo que yo esperaba", afirmó el presidente andaluz a modo de balance. Aseguró haberse sentido "muy respaldado" en el terreno político tras sus entrevistas con nueve ministros del Gobierno marroquí, si bien el Ejecutivo autonómico ansiaba una audiencia con el rey Mohamed VI que no se produjo. Desde la embajada de España se intentaba restar importancia a este hecho, ya que el Rey no recibe a ningún presidente autonómico desde 2004.

El viaje de José Antonio Griñán se diferencia de los doce que realizó su predecesor, Manuel Chaves, en que ésteaprovechaba sus visitas al extranjero para lanzar mensajes y apuestas de consumo interno y externo.