_
_
_
_
_
VI Congreso del PSE-EE

El socialismo alavés se debate entre el continuismo y la renovación

Apuesta por buscar acuerdos con el PNV como síntoma de normalidad

Pedro Gorospe

Los socialistas alaveses acuden al congreso del PSE-EE de Euskadi con la sensación del trabajo bien hecho. En su balance exhiben con orgullo los avances electorales que ha ido teniendo comicio tras comicio. Es la primera fuerza en Álava desde las municipales y forales de 2007, donde quedó segunda a pocos votos del PP; ha sabido resistir las presiones y hacer valer su criterio contrario a desalojar ahora al PNV de la Diputación de Álava, si no mediaba un motivo visible, y ha creado un bloque interno granítico en torno a su ejecutiva, donde las críticas internas sólo se escuchan con sordina.

El secretario general del PSE de Álava, Juan Carlos Txarli Prieto cree que en esta coyuntura hay que buscar prolongar la estrategia del cambio en Euskadi, para que no sea sólo fruto de una legislatura. Pero eso, matiza, no supone optar ya por unas alianzas determinadas para las forales y municipales de 2011, ya que corresponderá estudiarlas "después de las elecciones".

Sus detractores creen que Prieto corre el riesgo de aislar al partido

Lo cierto es que Prieto ha logrado defender sus tesis desde una posición de fuerza que, aunque no ha tenido especial reflejo en la presencia de cargos públicos en el Gobierno vasco, sí le está permitiendo recuperar parte del crédito que perdió cuando fracasó en 2007 al no lograr los apoyos necesarios para gobernar la Diputación alavesa, después de anunciar a bombo y platillo que la dirigiría.

Dos años después, en las últimas autonómicas, también recibió críticas internas por no cumplir las expectativas electorales que el partido había depositado en la provincia. Esperaban diez diputados y lograron nueve por los pelos, en una pugna de varios votos con EA.

Da la impresión de que el PSE de Álava se está empapando poco a poco del ADN político de su secretario general. Un hombre que procede del Partido Comunista y que fichó por el PSE después de transitar con Santiago Carrillo por el Partido de los Trabajadores y dirigir CC OO de Álava toda una década en los años ochenta.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Controvertido y no demasiado sutil en las relaciones sociales, Prieto está ejerciendo un férreo control sobre la organización y creando a su alrededor un equipo absolutamente fiel. Sus compañeros más próximos le alaban como un hombre de palabra y principios, que proyecta y da oportunidades a los jóvenes, algo que resaltan como especialmente valioso.

Pero esa forma de llevar el partido está generando también resistencias y temores que apenas llegan a la superficie; sobre todo, porque el partido está en la cresta de la ola, y no son tiempos para "reflexiones internas". Pero sus detractores opinan que Prieto está tomando el camino equivocado al mirar excesivamente hacia dentro y auguran que de seguir así corre el riesgo de aislarse y por lo tanto "dilapidar" la herencia política de su antecesor, Javier Rojo. Este logró abrir el partido a los ciudadanos y atraer, con el proyecto de cambio, a personalidades de fuera del partido como el abogado y ex diputado general de Álava con el PNV, Emilio Guevara, o el vicerrector del campus de la UPV Antonio Rivera.

El actual socialismo alavés, precursor de alguna manera del cambio político en Euskadi desde 1999, cuando su entonces secretario general, Fernando Buesa, apoyó en las Juntas Generales la candidatura del popular Ramón Rabanera para desalojar al nacionalismo, no ha variado el mensaje. Buesa, asesinado por ETA en febrero de 2000 junto a su escolta Jorge Díez, justificó entonces aquel movimiento político porque "queremos un país tranquilo, cómodo, en el que quepan todos". Prieto mantiene ese discurso de transversalidad, ahora con el PNV, como un síntoma de normalidad en Euskadi, lo que no es obstáculo para que la ponencia política del VI Congreso propugne la conveniencia de que el cambio trascienda la actual legislatura.

Txarli Prieto, Javier Rojo y Ramón Jáuregui durante el último congreso del PSE alavés.
Txarli Prieto, Javier Rojo y Ramón Jáuregui durante el último congreso del PSE alavés.PRADIP J. PHANSE

El partido en cifras

- Comisión Ejecutiva. El presidente es Javier Rojo, el secretario general es Txarli Prieto, desde el 6 de noviembre de 2005 y el secretario de Organización, Patxi Lazcoz.

- Cargos Públicos. El PSE alavés tiene dos diputados en el Congreso, Javier Lasarte y María Teresa Rodríguez Barahona y tres senadores: el presidente de la Cámara Alta, Javier Rojo, junto a Yolanda Vicente y Miguel Ángel Uzquiza. En las pasadas elecciones autonómicas el PSE alavés logró 9 representantes de 25, incluido Patxi López, que encabezó la lista. En las Juntas Generales tiene 14 representantes (la segunda fuerza tras el PP) y ostenta cinco alcaldías: las de Vitoria, Iruña de Oca, Elciego, Ribera Baja y Moreda

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_