La Conservera
Según los moralistas populares de la época de Jane Austen, lo que una mujer necesitaría para tener una vida feliz y satisfecha en circunstancias tan incompatibles serían "recursos internos". Madres ausentes e inútiles hicieron de sus hijas esclavas del prejuicio. Las hijas de Eva cayeron más bajo que los hijos de Adán, y sólo se salvaron las que fueron capaces de contar sus propios relatos, aliviando sus típicas ansiedades hacia la autoría gracias al famoso consejo de Emily Dickinson, "di toda la verdad, pero dila de soslayo". Las cuatro artistas reunidas en la segunda muestra del nuevo centro de arte contemporáneo de Murcia La Conservera afrontan la insuficiencia de la ficción y la jouissance (placer) de la mujer que se encuentra con la obstinación del mundo en el que vive. Todas poseen "recursos internos" para librar sus batallas contra la interpretación de la realidad de sus precursores los hombres, al redefinir los términos de la socialización. La sueca Annika von Hausswolff (1967) dispone cuidadosamente en fotografías un relato íntimo y antirromántico con argumentos de seducción y abandono, pero liberadores de una cultura que sitúa a la mujer en una escombrera destruida en torno a un cadáver. La norteamericana Mickaele Thomas (1971) representa la casa como espacio de erotismo y liberación. Su galería de retratos, entre el kitsch y las pinturas abstractas de las tribus africanas, celebra y critica los símbolos negros narrativos de género y conducta sexual. En dos monumentales cubos cubiertos por un papel pintado que muestra los pies de una mujer subidos en unas sandalias de tacón, Marilyn Minter (Louisiana, 1948) exhibe la serie fotográfica Pamela Anderson, que muestra a la modelo en poses alejadas de su habitual narcisismo. El vídeo Green Pink Caviar es un prodigio de realización en el que se confunden las vastas extensiones de las zonas erógenas femeninas; y la serie de fotografías Coral Ridge Towers, tomadas en 1969 y ocultas por decisión de la artista durante más de tres décadas, ilustra el ocaso de una mujer adicta a los somníferos (su madre). El trabajo de la madrileña Rosalía Banet (1972) se desmarca de los anteriores por su tono más juguetón y popular, y tiene como protagonistas a dos hermanas siamesas que han creado una fábrica de conservas agridulces que llevan su apellido, Las Golosas. El hambre y el amor pasa por el turmix de las dos gemelas del horror, Evas monstruosas que enlatan en serie las creaciones del infierno como imitaciones de seres angelicales. El Paraíso Perdido en una lata de melocotón.
La Conservera
Obras de Rosalía Banet, Annika von
Hausswolff, Marilyn Minter y Mickaelene Thomas. Avenida de Lorquí, s/n. Murcia
Hasta el 22 de noviembre
www.laconservera.org/
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