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Endeudados y con la boca a medias

Una clínica dental cierra en El Prat y se desentiende de los pacientes - Una financiera sigue cobrando los tratamientos

Sin dientes, y sin dinero. Así están los pacientes de la clínica Dental Line de El Prat de Llobregat, que ha cerrado sus puertas sin previo aviso y dejando decenas o cientos de tratamientos, pagados en su totalidad, a medio hacer. En Cataluña hay otros seis centros Dental Line (cinco en Barcelona y uno en Tarragona) cuyo futuro, según los propios trabajadores, pende de un hilo. EL PAÍS intentó ayer, sin éxito pese a los múltiples intentos, obtener la versión de los responsables de la empresa.

La sucursal de Dental Line en El Prat ha sido la primera en caer: amaneció a principios de septiembre cerrada a cal y canto con un escueto cartel que todavía anuncia el cierre por "reestructuración de la empresa". Los pacientes, que no han recibido ningún aviso, se han ido enterando del desastre a medida que pasaban por delante de la sucursal. Anoche, algún despistado todavía lo desconocía.

Todos ellos (varias decenas o cientos, según los trabajadores) deben seguir pagando por los tratamientos ya que, al contratarlos, firmaron un crédito con una entidad financiera. Las trabajadoras de la clínica, que desde meses se olían el cierre, han organizado una plataforma de afectados: "La situación ya se veía venir. Hacía un año y medio que cobrábamos con irregularidades, y los médicos se empezaron a ir. Los trabajadores cobrábamos de lo que llegaba a la caja, en efectivo, y la mayoría de veces no alcanzábamos el sueldo", explicó ayer Verónica.

La situación es similar a la que viven actualmente los otros locales de Dental Line, como el de la calle Sant Medir, en Barcelona."Los doctores hace tres meses que no cobran, y los auxiliares también llevan retrasos. No sé cómo acabarán las cosas", añadió otro trabajador, que aseguró desconocer el paradero de los responsables: "Dicen siempre que están reunidos, no aparecen", se quejó.

Los más perjudicados son los pacientes, que siguen con la boca a medio arreglar y pagando el crédito: "Yo pago más de 100 euros cada mes para un tratamiento de 6.000 euros. De momento, sólo me han hecho tres empastes y daño en una muela", se quejó Carla, una de las pacientes. "Todo el día había quejas de gente con dientes rotos e implantes mal hechos", narró Mónica, que pagó 600 euros y acabó con un diente astillado. "A mi hijo le dejaron el nervio en carne viva porque no le acabaron el implante. Lo llevé a otra clínica y se horrorizaron", se sumó Josefina, que confió en Dental Line el tratamiento de sus dos hijos. Las tres coincidían: pese a tener la boca a medio arreglar y con desperfectos, debían continuar pagando para no tener problemas con la entidad financiadora.

Una cuarentena de los pacientes de El Prat iniciaron grandes tratamientos por un valor de entre 3.000 y 6.000 euros. El caso más grave es el de un matrimonio que tuvo que hipotecar su vivienda para pagar el arreglo, que ascendía a más de 30.000 euros. Ayer los afectados se unieron y empezaron a mover hilos, y todo fueron problemas para contactar con la empresa. "Hemos llamado al Ayuntamiento de Granada [sede central de la red de clínicas] y nos avisaron de que la compañía fue recientemente vendida, y que pasaba por problemas económicos muy graves", aseguraba la ex trabajadora Verónica, erigida junto a una de sus compañeras en portavoz de los afectados. "No pararemos hasta lograr que se persiga a los culpables. No sé si recuperaremos el dinero, pero como mínimo que se sepa que esta clínica no es de fiar", apostilló.

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