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Reportaje:TEATRO | Reportaje

¡Ponte la máscara!

Javier Vallejo

El hábito no hace al monje, la máscara sí. Cálcese usted una y verá: se conducirá como si fuera otro y como a otro le mirarán. Dice Paco González, cofundador de la compañía berlinesa Familie Flöz, que el teatro primigenio se hacía con máscaras. O con maquillaje: los aborígenes australianos se maquillan todavía de pies a cabeza para imitar a los animales. Los griegos hacían la tragedia enmascarados, pero esa tradición se perdió: salvo los espectáculos de commedia dell'arte y alguno de Arianne Mnouchkine con el Théâtre du Soleil, ahora todo el teatro se hace a cara descubierta. Familie Flöz es una aguja en un pajar. Esta compañía lleva trece años embarcada en la creación de una comedia humana actual, por entregas. Puestos uno detrás de otro, sus espectáculos componen un friso de las tribulaciones y alegrías de la gente de a pie. Teatro Delusio, Hotel Paradiso e Infinita, los tres últimos, tienen de aquí a febrero una gira intensiva por España. Vale la pena ponerlos en nuestra agenda.

"La máscara proyecta la emoción del 'clown', te obliga a ser exacto en todo. Depura tu trabajo", afirma Paco González

Teatro Delusio recrea lo que sucede entre cajas en un gran teatro público, durante una representación (de El lago de los cisnes). Algo similar se ha hecho antes en decenas de espectáculos cómicos, de los que éste se individualiza por la sencillez vertiginosa con que Hajo Schüler, Paco González y Björn Leese se transforman sucesivamente en el director de la orquesta, el violín solista y el resto de los músicos; en el empresario libidinoso, el coreógrafo tiránico, la diva y el cuerpo de baile; en el jefe técnico, los tramoyistas y un largo etcétera de personajes, definidos con precisión suiza. Hay que restregarse los ojos cuando, tras ver aquel desfile, salen a saludar sólo tres actores. ¡Pero qué tres! Tienen el sentido del humor exacto, el gesto consonante y un metrónomo en lugar de glándula pineal. No gastan una sola palabra, porque palabra y máscara suelen pegarse de bofetadas. Tampoco hacen un movimiento de más. "Nuestra máscara está inspirada en la del carnaval de Basilea, alargada, con forma de larva, como la que utiliza Jacques Lecoq", observa Paco González. "La hemos perfeccionado, y hemos perfeccionado la manera de usarla".

La máscara es el altavoz del gesto. Algo que hecho por un actor pasaría inadvertido, adquiere un relieve repentino e insólito cuando lo hace una máscara: el cuerpo se vuelve más expresivo coronado por su mueca. Su quietud absorbe el exceso de composición del que pecan tantos actores educados en métodos puramente físicos. Su uso permite cambiar de edad, fisonomía y sexo, sin amaneramientos: en Familie Flöz los hombres hacen de mujeres sin necesidad de caracterizarse ni de poner caritas. Viéndolos, los actores isabelinos hubieran sentido envidia sana. "La máscara proyecta la emoción del clown, mucho más limpia, porque no admite vicios ni indefiniciones", prosigue González. "Te obliga a ser exacto en todo. Depura tu trabajo".

Familie Flöz nació en la Folkwang Hochschule de Essen, escuela donde estudió Pina Bausch, aunque su camino es autodidacta. "Hemos avanzado a base de probar y probar. Mientras preparábamos Teatro Delusio, los especialistas nos decían: 'Es una locura. No podréis hacer tantos personajes sólo entre tres'. Pero pensamos que si nos poníamos a ello, lo conseguiríamos". El germen de la compañía fue el espectáculo de fin de carrera de Hajo Schüler y de dos compañeros de promoción, que encargaron a Michael Vogel que se lo dirigiera, y a Paco González, actor hijo de emigrantes españoles, que lo presentara: "Se titulaba Familie Flöz, en alusión a la tradición carbonífera de la cuenca del Ruhr. El flöz es la capa mineral del subsuelo: en esta obra, de un agujero en la tierra salían un encargado, un capataz y un aprendiz de minero, y detrás, multitud de personajes de todo tipo. Ahí estaban ya las claves de nuestro estilo".

Familie Flöz se dio a conocer en España con Ristorante Immortale, su espectáculo siguiente. "Cuando Miguel Varela, director del teatro Bergidum, de Ponferrada, vino a Berlín a ver lo que se cocía en sus principales teatros, me tocó hacerle de guía y, la víspera de su regreso, le dije: 'Bueno, ya has visto lo importante, ahora vas a ver lo que estamos preparando nosotros'. Fue a un ensayo, y de ahí salió nuestra primera gira española".

Tras Ristorante Immortale y Teatro Delusio, Familie Flöz produjo Hotel Paradiso, vodevil de puertas ambientado en un hotel familiar de montaña. Anna Kistel, Sebastian Kautz, Thomas Rascher y Frederik Rohn, sus intérpretes, hacen un alarde de fregolismo: están al borde de la transubstanciación. Hay que verlo por segunda vez para reparar en quién dobla qué personajes. Las máscaras generan situaciones de una expresividad neta comparable a las que crea el titiritero virtuoso con su pulcinella o el realizador de dibujos animados, y de una crueldad equivalente. Algunas escenas son puro slapstick. Otras, una apoteosis de la actitud. Hotel Paradiso quizá no sea tan cómico como Teatro Delusio, pero tiene momentos de un lirismo turbador: es otra cosa, y la misma, porque las máscaras de Hajo Schüler imprimen carácter y la dirección de Michael Vogel, estilo.

El tema de Hotel Paradiso es la herencia, la línea de sucesión y la ruptura, en el marco de un hotelito alpino por el que pasan un montón de personajes tópicos elevados por su máscara a la categoría de arquetipos: la dueña, fiel a la manera de llevar el negocio de su difunto esposo; el hijo que sigue sus pasos, la hija dispuesta secretamente a romper con todo, el encargado de hacerles los trabajos sucios, la criada cenicienta, sisona y enamorada infructuosamente, la cliente lánguida y enigmática...

"En Infinita le damos otra vuelta de tuerca a nuestra narrativa: combinando máscaras con teatro de sombras y con audiovisuales, mezclamos en un solo plano presente, pasado y futuro", explica González. "Ahora andamos preparando un espectáculo de ciencia-ficción con la Ópera de Duisburgo, donde queremos poner en juego toda la maquinaria escénica de un gran teatro. Nos gusta correr nuevos riesgos. Si no, nos aburrimos". -

Hotel Paradiso. Sueca (Valencia). Festival MIM. 19 de septiembre. Madrid. Teatro de La Abadía. Del 24 al 30 de septiembre. Málaga. Teatro Echegaray. 9 y 10 de octubre. Festival de Santa Fe (Granada). 19 de octubre. Después sigue en gira por España. Teatro Delusio comienza su gira en el Auditorio de Puertollano (Ciudad Real), el 16 de octubre. Infinita se representa en febrero de 2010 en A Coruña, Santiago de Compostela, Pontevedra, Vigo, Ourense, Narón y Gijón. www.floez.net.

Escenas de <i>Hotel Paradiso</i> (izquierda), que se representa este fin de semana en Sueca (Valencia) y la próxima semana en el teatro de La Abadía, de Madrid, e <i>Infinita,</i> de la compañía Familie Flöz. 
Fotos: Marianne Menkel
Escenas de Hotel Paradiso (izquierda), que se representa este fin de semana en Sueca (Valencia) y la próxima semana en el teatro de La Abadía, de Madrid, e Infinita, de la compañía Familie Flöz. Fotos: Marianne MenkelMARIANNE MENKEL

Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

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