"Somos un desastre"
Casillas admite que el Madrid sufre para defender a balón parado, mientras Xabi Alonso estará de baja diez días
Como todos los porteros, Iker Casillas arrastra un saco de obsesiones que cuida mantener en secreto. Rara vez deja que alguna se le escape. Ayer, el portero del Madrid hizo una excepción. Puesto a hablar de los goles que recibe en jugadas a balón parado, dijo más de lo que habría querido. Pero dijo la verdad. "Si se hace una estadística de los goles que llevamos en contra, efectivamente, defendiendo a balón parado somos un desastre", admitió, antes de hacer matizaciones. "En general, estamos defendiendo bien. Sólo hemos jugado tres partidos oficiales. Esto dura mucho, es prematuro como para analizar esos goles, aunque seguramente pondremos más hincapié en evitarlos".
Los rivales del Madrid no necesitan que Casillas les ponga sobre aviso. Observan que, de un tiempo a esta parte, cada balón colgado sobre el área del portero está destinado a encontrarse con la frente o el pie de un rematador. Así lo detectó Miguel Ángel Lotina, el técnico del Depor, después de estudiar al Madrid en busca de alguna brecha, antes de la primera jornada de la temporada (3-2 en el Bernabéu). "Para la gente de mucho talento, salvo para los del Barça que lo hacen todo bien, es difícil hacer los marcajes individuales", comentó ayer Lotina; "en los córners y en las faltas es preciso estar muy concentrado. Y en el Madrid, salvo cuatro o cinco jugadores, a los demás les cuesta poner atención".
"A los jugadores talentosos les cuesta poner atención", explica Lotina
El Depor aprovechó estas deficiencias tácticas en el gol de Riki, que entró de cabeza en el segundo palo para rematar una falta lanzada por Juca desde la izquierda de Casillas. El volante brasileño se puso de espaldas a la portería y desorientó a la defensa del Madrid cuando se giró y mandó la pelota al segundo palo, casi sin mirar. "Ellos se distrajeron porque Casillas dudó", dijo Lotina; "y no salió. Lo importante es que el portero no salga".
El Madrid se ha pasado el verano sufriendo este tipo de jugadas. En la Peace Cup, celebrada en agosto, el Al Ittihad le metió un gol, el Juventus dos, y el Universidad de Quito otros dos. Contra el Borussia, en otro amistoso, Casillas soportó tres cabezazos a bocajarro de Barrios y Rangelow. No fueron gol. Tampoco entró la ocasión más clara del Espanyol, el sábado pasado (0-3): el remate de Hurtado en el segundo palo, a la salida de una falta, volvió a poner a Casillas al borde de un ataque de nervios.
Si el Madrid encontró dificultades contra el Zúrich (2-5), en la Liga de Campeones, fue tras el lanzamiento de un córner. Aegerter, marcado al hombre por Raúl, interceptó el centro en el primer palo y Casillas sólo pudo ver la pelota golpeando su red.
Contra el Zúrich, el Madrid defendió los córners con ocho hombres en su área frente a cinco oponentes. Pepe y Albiol, los mejores cabeceadores, se encontraron persiguiendo a hombres que sólo hacían barridos. El entrenador, Manuel Pellegrini, dijo hace una semana que todo es circunstancial: "Es más una cuestión de concentración e intensidad en estas pelotas riesgosas. Los goles los hemos recibido en momentos puntuales. En pelotas puntuales".
Dos de los futbolistas del Madrid que defienden este tipo de jugadas con rigor son Xabi Alonso y Metzelder. Ninguno de los dos estuvo en el gol de Aegerter. Los médicos informaron ayer que Alonso estará de baja diez días por una fuerte contusión sobre el talón, en el músculo sóleo de la pierna derecha. El vasco se perderá tres partidos de Liga: Xerez, Villarreal y Tenerife. Un poco más dañado está el sóleo derecho de Metzelder, que estará tres semanas de baja.
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