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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Del Potro rompe el triunvirato

El argentino, de 20 años, conquista el Abierto de EE UU, el primer 'grande' desde 2004 que no se llevan Federer, Nadal o Djokovic

Sentado frente a la mesa, con un rosbif y una cerveza, Juan Martín del Potro, el número cinco, se arregla la camisa y reflexiona sobre lo que ha hecho: ganar por 3-6, 7-6 (5), 4-6, 7-6 (4) y 6-2 el Abierto de Estados Unidos contra Roger Federer, el número uno, que buscaba su sexto título seguido en Nueva York. Delpo ha dado un golpe de estado con 20 años. Con voz baja y gesto cansado, el precio pagado por las tremendas derechas con las que tumbó a Federer, el argentino celebra su victoria en un asador chic al que invita a cenar a la prensa argentina.

"Perder el cuarto set fue duro para Roger", reflexionó el campeón, que en la mañana de ayer se enfrentó a una agenda frenética: dejó su céntrico hotel a las 7.30, se fue a hacerse unas fotos en el Empire State, apareció luego en todos los programas televisivos de la mañana, siguió por reunirse con la prensa especializada, y finalmente cogió un vuelo a Buenos Aires a las 22.30. "Quebré de entrada [el servicio de Federer] en el quinto set, y supe que estaba en mis manos... pero no me di cuenta de que ganaría hasta que se le fue la pelota larga. Cada cinco minutos me agarran escalofríos, porque se me viene la imagen de ese punto. No puedo garantizar triunfos, pero sí que cuando entro a la cancha corro hasta la última, sea contra quien sea".

En la red, Federer, iracundo durante gran parte del partido, tuvo palabras de felicitación para el vencedor. "Disfruta, que es tu momento, aprovéchalo, que te toca vivirlo", le dijo. Luego, se marchó diciendo que la derrota suponía "una decepción mediana". El devenir del partido demuestra la fortaleza del campeón. Del Potro, superado de inicio por la ocasión, tuvo explicaciones suficientes para defender una dimisión: perdió la primera manga; restó para no perder la segunda; perdió breaks de ventaja en la tercera y la cuarta; y tuvo que superar el excelente plan de juego de Federer, que le buscó las cosquillas con bolas bajas y dejadas que pusieran a prueba su habilidad y su estatura.

La importancia del éxito de Del Potro también se mide con la estadística: desde 2004, sólo Djokovic se había inmiscuido en el abrumador dominio ejercido por Federer y Nadal en los grandes. El suizo nunca había perdido una final de un torneo del Grand Slam contra alguien que no fuera el español. Y el argentino, que jamás había disputado el partido decisivo de un grande, confirmó lo que se preveía. "No tiene techo". Palabras de Guillermo Vilas. "Sí, no sé dónde está mi techo y eso es bueno, porque me siento con ganas de mejorar, de trabajar, el físico, el juego en la red, la volea... quiero seguir achicando la diferencia con los mejores".

Del Potro llora de felicidad tras ganar la final a Federer.
Del Potro llora de felicidad tras ganar la final a Federer.AFP

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