El Tenerife, al ataque
Ricardo, con un gol desde fuera del área, brilla en un equipo que muestra identidad ofensiva
Ni el calor, ni los nervios por el regreso de la ciudad a Primera ni la idea conservadora del fútbol que propuso Osasuna pudieron ayer con el Tenerife, que optó por el método más sencillo para contrarrestar los problemas: creer en su fútbol. Y éste habla muy bien de un equipo que busca con atrevimiento al rival, que quiere disponer de la pelota y que, además, tiene chicos que saben qué hacer con ella.
Uno de ellos es Ricardo. El centrocampista, un producto de la cantera al que sus compañeros apodan El Flaco, condujo ayer el triunfo del Tenerife, culminado con un tiro suyo que se coló en la escuadra del meta de Osasuna. El equipo de Camacho empezó a partirse con la expulsión de Monreal en el inicio de la segunda mitad.
TENERIFE 2 - OSASUNA 1
Tenerife: Aragoneses; Bertrán, Manolo Martínez, Luna, Bellvís; Román (Dinei, m. 88), Ricardo; Alfaro, Kome (Omar, m. 82), Richi (Mikel Alonso, m. 73); y Nino. No utilizados: Roberto; Josetxo, Galán y Vadocz.
Osasuna: Ricardo; Azpilicueta, Sergio, M. Flaño, Monreal; Puñal, Nekounam, Juanfran (Ruper, m. 73), Camuñas; Pandiani (Portillo, m. 81) y Masoud (Calleja, min. 58). No utilizados: L. García; Ayoze, Sicilia y Ángel.
Goles: 1-0. M. 47. Nino, a pase de Ricardo. 1-1. M. 51. Pandiani, de cabeza. 2-1. M. 62. Ricardo, de fuerte disparo.
Árbitro: Velasco Carballo. Amonestó a Román, M. Flaño y Azpilicueta y expulsó a Monreal (m. 46) por doble tarjeta y a Nekounam (m. 72) con roja directa.
Unos 20.000 espectadores en el Heliodoro.
Quedaron claras las cosas desde el comienzo. Osasuna se dedicó a resguardarse hasta que atisbaba algún resquicio para mirar arriba. El Tenerife se adueñó de la iniciativa, aunque le costó un mundo acercarse a Ricardo. De hecho, la mejor ocasión correspondió a Osasuna, con un remate de cabeza de Nekounam.
Todo cambió en la segunda parte. En un minuto, Monreal recibió las dos cartulinas que enterraron las posibilidades de su equipo. El Tenerife tardó segundos en sacar rédito. De la mano que causó la expulsión del lateral de Osasuna surgió la falta del primer gol. Ricardo amagó con disparar, pero tocó la pelota lo justo y con intención para encontrar a Nino, que remató a la primera. La defensa de Osasuna dejó sólo al delantero, pero el Tenerife devolvió el gesto cuatro minutos después, cuando permitió a Pandiani cabecear un saque de esquina sin oposición. No se descompuso el equipo de Oltra, que siguió con la misma presencia. El habilidoso Alfaro tuvo también su ocasión, pero Ricardo evitó el gol. Cinco minutos más tarde, llegó lo mejor del partido. El derechazo de Ricardo tuvo de todo: potencia, colocación y belleza. La posterior expulsión de Nekounam terminó por allanar el camino al Tenerife.
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