El PNV rebaja en la Cámara el tono de sus críticas a la política de Ares
El consejero exige que no se atribuyan a la Ertzaintza los incidentes violentos
El PNV, embarcado en el Congreso de los Diputados en el tanteo para la negociación presupuestaria a la que se ha ofrecido al Gobierno central, rebajó ayer en el Parlamento, durante la comparecencia del consejero de Interior, Rodolfo Ares, el tono que distintos miembros de ese partido han empleado contra él este verano, y en particular la última semana, tras los actos vandálicos de Lekeitio. Ares hizo hincapié en defender la correción de las actuaciones policiales cuestionadas y en pedir "que nadie cometa la irresponsabilidad de culpar a la Ertzaintza" por obrar en cumplimiento de la ley, como, anunció, seguirá haciendo. Ares retó al PNV a mostrar "una sola declaración" suya cuestionando a sus predecesores y estuvo duro con Juan María Atutxa, a quien pidió que "no instrumentalice a los agentes asesinados". También rebatió que existiera una división antiterrorista a su llegada al departamento y dijo que se trataba de una unidad de información y análisis más general.
El consejero está dispuesto "incluso a rectificar", pero para ser "más operativos"
Ares reclama que Atutxa "no instrumentalice a los agentes asesinados"
El portavoz del PNV, Joseba Egibar, fue sustituido por su compañero Mikel Martínez y éste evitó repetir y sostener en sede parlamentaria valoraciones como la del "calentamiento global" realizada por el Ayuntamiento de Lekeitio (PNV), o la de los "daños colaterales" causados por la Ertzaintza que hizo su portavoz en el Congreso, Josu Erkoreka. Más aún, prácticamente se disculpó por esa alusión del equipo de gobierno de Lekeitio, para el que pidió "comprensión" porque "lo pasaron y lo están pasando muy mal". "El 95% del comunicado del Ayuntamiento dice lo que dice y deja claro quiénes fueron los responsables", reivindicó. Martínez sí mantuvo las dudas sobre el intención última de la política de Ares todo este verano, tras la que se preguntó si no habrá "una operación de marketing para tapar otras cosas". También sugirió que la actuación no es igual en unos sitios que en otros: en el programa oficial de la fiesta de Santiago, en Vitoria, dijo el portavoz peneuvista, figuró, y se llevó a cabo, un homenaje a los familiares de presos de ETA. Ares rechazó, tajante, que el departamento actúe de distinto modo según el color del ayuntamiento, y anunció que pedirá al alcalde de la capital vasca, el socialista Patxi Lazcoz, que elimine ese acto. Martínez pidió también al consejero "reflexión", al igual que hicieron Aralar y EA, sobre la eficacia o "el efecto multiplicador" que haya podido tener su política a la vista "del resultado final", que tildó de "fracaso". Desde fuera de la Cámara, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, dijo que Ares "ha caído en el juego de la izquierda abertzale", en lo que parece indicar que el cuestionamiento continuará.
Ares, que puso por delante que no acudía al Parlamento a polemizar, sino a explicar y defender las actuaciones de la Ertzaintza en Gernika y en Lekeitio y a precisar el anclaje legal de sus intervenciones, tal y como le había pedido Aralar, se declaró dispuesto a "reflexionar e incluso a rectificar". "Con una sola condición", añadió: que sea para "avanzar, mejorar y ser más operativos". Respecto a la acusación de Aralar de actuar sin soporte legal en la prohibición de fotos de presos, Ares la rebatió invocando al artículo 4. b de la Ley de Víctimas, apoyada por esa formación en la Cámara, e invitó a los abertzales escindidos de Batasuna, cuyo recorrido alabó, a someter su discrepancia interpretativa al juicio de los tribunales.
Gernika: "¿Nos damos a la fuga?"
"¿Qué quieren? ¿Que la policía se dé la fuga cuando es atacada con botellas, vasos, palos y sillas?". Esta pregunta de Ares cerró una detallada explicación, vistas aéreas incluidas, sobre los incidentes de Gernika el mes pasado. "¿Qué pretenden, que la Ertzaintza permita que no se cumpla la ley y los mandatos de los jueces, que cerremos los ojos para que campen a sus anchas y se adueñen de nuestras calles y espacios festivos quienes amparan la violencia?". El consejero de Interior defendió como correcta y proporcionada la actuación policial, fruto del intento de un grupo de 150 personas, dijo, con fotos de presos a la cabeza, de iniciar una marcha prohibida por la Audiencia Nacional. Fueron los manifestantes los que entraron en un espacio de terrazas para mezclarse con la gente y dificultar su identificación. Dos de ellos se revolvieron y arremetieron con un mástil contra los agentes, que los detuvieron, mientras otros intentaban impedirlo lanzando botellas y vasos, relató. La policía disparó primero salvas y, al recrudecerse el ataque, usaron las pelotas y arrestaron a otros dos. La Ertzaintza se desplegó luego más, y volvió a usar material antidisturbios para facilitar el trabajo de los bomberos con los contenedores incendiados, hasta que se restableció la normalidad, con 9 agentes contusionados.
Lekeitio: "Fue 'manguiborroka"
Borrachos, alborotadores, fanáticos y ladrones coincidieron, según Ares, en Lekeitio el domingo por la noche en lo que dio en llamar "una mezcla de katxiborroka y manguiborroka", que terminó con 30 contenedores quemados, 13 vehículos afectados, una docena de denuncias por daños a comercios y fachadas, además del robo en al menos dos establecimientos. El origen no pudo estar más lejos de lo que el ayuntamiento de la localidad dio en llamar "el calentamiento global" previo, por otras actuaciones y prohibiciones de la Ertzaintza.
Todo empezó, aseguró Ares, con la detención de un hombre por maltrato a una mujer, a la que la Ertzaintza acompañaba a presentar denuncia, cuando un varón, "en aparente estado de embriaguez", se abalanzó sobre el capó del coche policial insultando y agrediendo a los agentes. Por su detención, otros, en parecidas condiciones, lanzaron objetos contra los ertzainas. Las furgonetas antidisturbios que estaban en las afueras, como parte del dispositivo de seguridad por la jornada festiva, acudieron en apoyo a sus compañeros y se toparon ya con encapuchados lanzando piedras y botellas y con barricadas incendiadas. De una actuación policial "totalmente habitual" salieron cuatro horas de vandalismo "radical-político", multiplicado, sostuvo Ares, por una gran ingesta de alcohol.
El artículo 4. b
"Los poderes públicos vascos (...) adoptarán medidas apropiadas para garantizar la seguridad, el bienestar físico y psicológico y la intimidad de las víctimas y sus familiares y, en particular, para prevenir y evitar la realización de actos efectuados en público que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares, exaltación del terrorismo, homenaje o concesión pública de distinciones a los terroristas, y actuarán de manera especial contra las pintadas y carteles de tal índole, y, en su caso, investigarán aquellos que puedan ser constitutivos de infracción penal (...)".
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