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Industria quiere potenciar las canteras subterráneas para atenuar el impacto

Dos de las 48 explotaciones trabajan ya bajo superficie y se estudian otras dos

El Departamento de Industria pretende impulsar la explotación subterránea en las canteras para minimizar el impacto ambiental y paisajístico y paliar el agotamiento de las reservas. Ahora, únicamente dos de las 48 canteras activas a cielo abierto en Euskadi tienen al mismo tiempo extracciones en túnel, pero la consejería tiene en estudio otros dos proyectos presentados en Vizcaya y Guipúzcoa.

El País Vasco es la única comunidad con ayudas para potenciar la extracción subterránea de piedra, que rondan los 530.000 euros al año. Asturias tiene subvenciones pero con carácter experimental, según los datos ofrecidos por Industria.

El impulso de las minas subterráneas figura en el plan de zonas canterables, exigido en 2007 por el Parlamento al Gobierno para que haya un marco legal de nuevas explotaciones. Industria tiene desde 2008 un estudio preliminar con 112 emplazamientos, de los que 67 se plantean como subterráneos. "La idea es potenciarlos, porque así se conjuga el menor impacto ambiental con el agotamiento de las reservas que tenemos en las que están al aire libre", apunta Oskar Zabala, director de Energía y Minas.

Las nuevas explotaciones tienen bajo el monte todas sus estructuras

Por ello, Industria tiene abierta la línea de ayudas de 530.000 euros al año, que suelen cubrir el 20% de la inversión que realice cada empresa en la investigación o preparación del suelo. Las dos canteras que trabajan ahora con este sistema son las de Apario, en Lemoa, y Kanpazar, en Durango, que invierten cerca de dos millones de euros anuales en este nuevo sistema extractivo.

Industria ha recibido una recreación infográfica de la de Kanpazar, que lleva cuatro años con la explotación subterránea, en la que se observa cómo se realiza la actividad extractiva dentro del monte. Las máquinas perforadoras y los silos están en el interior, con lo que se minimizan los problemas de ruidos y polvo de las explotaciones al aire. "Es un proceso en el que las empresas todavía están investigando y valorando los costes", señala Zabala.

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En cuanto a los dos proyectos de canteras subterráneas en estudio, el más avanzado es el de Guipúzcoa, que contempla ubicar todas sus estructuras de explotación bajo tierra, un sistema al que Industria cree que deben tender las nuevas canteras que se puedan abrir en Euskadi.

Los ecologistas, muy críticos con el sistema actual de canteras, también se han mostrado reticentes a las subterráneas por las posibles afecciones a los acuíferos y creen que debían calificarse, en vez de como canteras, como minas. "Eso es lo que son, y están sujetas a una legislación diferente", afirma la plataforma Ekologistak Martxan.

El director de Energía y Minas señala que en los próximos meses se pretende "reactivar" el plan de zonas canterables, aunque todavía no hay un criterio claro. "No hemos decidido todavía si vamos a empezar a analizar los emplazamientos de canteras apuntados. Es un estudio muy detallado, con un listado técnico de emplazamientos, pero no es un Plan Territorial Sectorial", explica Oskar Zabala.

Vista de la cantera de Apario, que explota Canteras Lemona en esta localidad vizcaína.
Vista de la cantera de Apario, que explota Canteras Lemona en esta localidad vizcaína.

Tres investigadas en los tribunales

La ampliación de la actividad de las canteras vascas ha acabado en algunos casos en los juzgados. Los tribunales investigan tres explotaciones y en alguna el Departamento de Industria también ha intervenido. A la cantera de Galdames II, en este municipio vizcaíno, la consejería le ha impuesto una multa de 60.000 euros por una ampliación de 16.000 metros cuadrados no autorizada. Esta explotación, una de las diez principales vascas, con una producción anual de casi 550.000 toneladas, es investigada por un juzgado de Balmaseda tras una denuncia por delito ecológico presentado por la asociación ecologista Izate.

Una de las canteras más polémicas es la de Zallobenta, en Mañaria (113.000 toneladas anuales de producción), cuyo cierre ha sido pedido por el Parlamento y las Juntas Generales de Vizcaya, y con varios pleitos judiciales. Industria asegura que le quedan cerca de dos años de actividad y que en 2005 empezó las labores de restauración.

El tercer caso es de la cantera Venta La Perra, en Carranza, con una demanda planteada por la propia empresa, ya que la declaración del parque natural de Carranza afecta sus planes de ampliación. Y hay una cuarta explotación polémica, aunque por distintos motivos. Se trata de la de Sasiola, en Deba, situada en el mismo entorno de la cueva prehistórica de Praileaitz, con importantes pinturas rupestres. Existen dos expedientes abiertos por los departamentos de Cultura y Medio Ambiente debido a la extracción de piedra en las inmediaciones de la cueva.

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