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Crónica:Fase clasificatoria para el Mundial de Suráfrica 2010
Crónica
Texto informativo con interpretación

Argentina se hunde con Maradona

Brasil se clasifica y ridiculiza a una selección albiceleste contra las cuerdas

Alejandro Rebossio

En la vida de Diego Maradona han sido una constante los altibajos. Eso hacía presagiar que su partido más importante como seleccionador de Argentina, el clásico ante Brasil por la clasificación para Suráfrica 2010, no acabaría en empate. O era su resurrección, después de las derrotas ante Bolivia (6-1) y Ecuador (0-2), o era lo que terminó siendo: una desilusión para los argentinos y una confirmación de por qué los brasileños son los campeones suramericanos y favoritos para el Mundial. De nada sirvió que Maradona mudase el escenario del maltrecho campo del Monumental de Buenos Aires al Gigante de Arroyito de Rosario, la ciudad natal de Messi. El Brasil que dirige Dunga venció por 1-3, se aseguró el billete y complicó la clasificación de Argentina, que el próximo miércoles se jugará la vida en Paraguay. La verdeamarela hizo valer su historia (cinco títulos mundiales contra dos de los albicelestes): jugó con la tranquilidad de la bossa nova y doblegó a un rival que atacó a lo loco.

ARGENTINA 1 - BRASIL 3

Argentina: Andújar; J. Zanetti, Otamendi, Domínguez, Heinze; Maxi (Agüero, m. 46), Mascherano, Verón, Dátolo; Messi y Tévez (Diego Milito, m. 68).

Brasil: J. César; Maicon, Lucio, Luisão, André Santos; Elano (Alves, m. 68), Gilberto Silva, Felipe Melo; Kaká; Robinho (Ramírez, m. 68) y Luis Fabiano (Adriano, m. 77).

Goles: 0-1. M. 24. Luisão. 0-2. M. 31. Luis Fabiano. 1-2. M. 65. Dátolo. 1-3. M. 66. Luis Fabiano.

Árbitro: Óscar Ruiz (Colombia). Amonestó a Lucio, Kaká, Luis Fabiano, Verón y Ramírez.

Partido de la 15ª jornada de las eliminatorias suramericanas para el Mundial 2010 disputado en el estadio Lisandro de la Torre, en Rosario, ante unos 42.000 espectadores.

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"Sin estilo ni estructura"

Maradona motivó a sus jugadores antes del partido, pero no los ordenó en la defensa ni en la definición. Sus carencias como entrenador contrastaron con las virtudes de Dunga, otro ex campeón del mundo que ha sabido armar las piezas: el reactivo en la línea medular de Kaká, la pólvora de Luis Fabiano, una defensa segura y un portero arriesgado, Julio César. Todo eso secó a Argentina. Depués de un comienzo de toque blanquiazul entre Messi y un renovado Verón, Domínguez y Otamendi, la pareja defensiva del campeón argentino, el Vélez, quedó desnuda ante Brasil. Primero, Elano ejecutó un tiro libre y Luisão, solo, cabeceó. El canto de la hinchada rosarina no se rindió hasta que poco después Luis Fabiano marcó el 0-2. En el segundo tiempo, la impotencia argentina sólo pudo revertirse con el gol de Dátolo. La esperanza de una recuperación duró poco: a los 66 minutos, Kaká enhebró otro contragolpe y Luis Fabiano definió con clase su segundo tanto.

Al finalizar el partido, el estadio del Rosario Central, con 42.000 espectadores, no reprochó a Maradona la derrota. Tampoco a Messi, en deuda con la selección argentina porque en este equipo desorganizado no revalida la gloria que tiene en el armónico Barcelona. Diego, sin que nadie se lo preguntara, aclaró que no va a renunciar a su puesto. También reconoció que se había amargado más con el humillante 6-1 en la altura de La Paz. "La responsabilidad es mía. Perder con Brasil siempre es feo. Teníamos muchas ilusiones de ganar y estar más cerca del Mundial. Voy a seguir adelante. Esto no me quiebra", dijo Maradona; "el fútbol tiene estas cosas, pero hay que seguir trabajando".

El silencio del Gigante de Arroyito después del 1-3 sólo se rompió por el grito de unos pocos torcedores brasileños: "¡E-li-mi-na-dos!". Pero aún Argentina está en posición de clasificarse para el Mundial. De los 10 países que juegan la eliminatoria suramericana, los cuatro primeros acceden directamente a él y el quinto jugará la repesca contra uno de América del Norte, Central o el Caribe. Cuando faltan sólo tres jornadas para acabar, Brasil suma 30 puntos; Chile y Paraguay están a un paso de Suráfrica con 27 y Argentina es cuarta, con 22, amenazada por Ecuador y Colombia, con 20. La albiceleste visitará el miércoles a Paraguay en Asunción en otro partido a vida o muerte. El mes próximo recibirá a un ya eliminado Perú y acabará con el clásico ante Uruguay en el estadio Centenario, de Montevideo.

Kaká conduce el balón ante Mascherano.
Kaká conduce el balón ante Mascherano.EFE

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