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Reportaje:Fase clasificatoria para el Mundial de Suráfrica 2010

Hazard, un ordenador

El mediapunta del Lille es la mayor promesa belga desde el legendario Scifo

Jordi Quixano

Se plantó delante del balón, mandó una mirada desafiante al portero del Toulouse e inició la carrera. Por el medio, penalti a lo Panenka. El mediapunta Eden Hazard (La Louvière, Bélgica; 1991) resolvió así el curso pasado la eliminatoria de la Copa francesa para el Lille. Desde entonces, ha absorbido tantos elogios como roto zagas. Comparado con el legendario Enzo Scifo (nació en el mismo lugar, ocupa la misma demarcación y tiene un físico similar), hoy se bate con Bélgica contra España. "Nadie en su selección tiene su calidad", le elogia por teléfono Jean Luc Buisine, director deportivo del Lille.

Hazard es el líder de una generación de oro (Kompany, Defour, Fellaini, Vermaelen, Witsel, famoso ahora por sus escalofriantes entradas, pero escogido el mejor de la última Liga belga; Mirallas o Dembélé) a un paso de resplandecer como equipo. El fútbol es lo máximo para él. "Parece que le han programado para ser profesional, es un ordenador", dice Buisine. Así lo entendió hace dos meses, cuando el Lille le solicitó reunirse para blindar su contrato y aumentar su sueldo. "Ahora, no", respondió; "eso no es lo importante. Lo que quiero es jugar y desarrollar mis cualidades".

"Parece programado para ser profesional", dice el director técnico del club francés
"Le llamamos Messi por su regate y velocidad", destacan sus compañeros

De estatura baja (1,70 metros), Hazard es un relámpago con el balón entre los pies (es diestro) y en las conducciones, largas y con la pelota atada a la bota. "Aunque no es lo mismo, tanto en el Lille como en la selección le llamamos Messi por su facilidad para salir del regate y su velocidad de ejecución", le ensalza su compañero Vanden Borre (Portsmouth). "Destaca en el dribling. Siempre encara y busca el uno contra uno. Asume riesgos, provoca, gana...", amplía Alain Roche, director deportivo del París Saint-Germain.

Su posición natural es la de mediapunta, pero su talento le permite actuar tanto de segundo delantero como de extremo, interior o volante. "Para convertirse en una estrella mundial, le falta mejorar ante el gol", advierte, sin embargo, Buisine.

Pero nunca le faltó fútbol. Así lo demostró en 2007, cuando se midió a España en las semifinales del Europeo sub 17. "Era el jefe de la selección. Bélgica era Hazard y 10 más", recuerda ahora el ex barcelonista Falqué, del Juventus, pero cedido al Bari; "ganamos en los penaltis, pero él solito casi nos derrota. Es, sinceramente, uno de los jugadores que más me han impresionado". Siempre fue así.

Hazard empezó a jugar en el Royal Stade Brainois, cerca de su casa. Pero a los nueve años le fichó el Tubize, club más potente y con posibilidades. Tantas que Buisine se lo llevó a los 15: "Era superior a los demás, tremendamente creativo y con un talento inagotable". En el Lille (muchos fines de semana, dormía en su residencia de Bélgica y luego pasaba a Francia para jugar) no se frenó. En 2007 debutó con 16 años y se convirtió en el profesional más joven en la historia del club. La campaña pasada disputó 28 duelos y se erigió en el primer extranjero en ser designado el mejor joven de la Ligue 1. Ahora ha clasificado al equipo para la Champions tras marcar ante el Sevojno, serbio, y el Genk, belga. Antes, en 2008, ya había jugado con la selección absoluta. "Vino con ganas de aprender, pero resultó que nos enseñó al resto. Era ya una estrella", recuerda Vanden Borre.

Conocido como el francotirador por su espléndida ejecución de las faltas, con un hermano (Thorgan, de 16 años) en el Lens, el rival por excelencia del Lille, y con 10.869 fans en su página de facebook, Hazard apunta alto. "Me lo llevaría al Madrid con los ojos cerrados", dice Zinedine Zidane, asesor del presidente, Florentino Pérez. "Le tenemos en cartera desde hace tiempo", abunda Arsène Wenger, el técnico del Arsenal. "Es uno de los mayores talentos. Va para un grande", agrega Roche. "Es el futuro", interviene Vanden Borre. Y recoge el testigo Buisine: "Sabemos que no podremos retenerle. Lo ideal sería que le fichara un gran club y le dejara un año cedido en el Lille". Pero Hazard, de momento, sólo procesa el fútbol que quiere desplegar ante España.

Hazard, en primer término, en un partido con el Lille.
Hazard, en primer término, en un partido con el Lille.AFP

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