Vuelven los 11.000

A duras penas, el Ibex 35 se resiste a dejar el nivel de los 11.000 puntos. El miércoles cerró por debajo de esta cota por décimas. Y ayer, un día después, los recuperó. Mucho ha costado volver a esta altura y parece que los inversores, si bien con cautela, se resisten a abandonarla.

Tanto es así que el índice selectivo llegó a situarse por encima de los 11.100 enteros, pero al final, las malas noticias que llegaron de Nueva York acabaron por desanimar a los inversores. Así el Ibex cerró en 11.018,1 puntos, con una leve ganancia del 0,17%. Escasa, aunque suficiente, para convertirse en la única jornada que acabó en positivo de la semana.

A diferencia de otras jornadas, ayer no hubo un sector que cargara con todo el protagonismo de la sesión. Las ganancias en el índice selectivo las encabezó Técnicas Reunidas, que subió un 2,61%. La compañía de ingeniería consolida de esta forma su posición de líder anual en el Ibex. Desde enero, acumula unas ganancias del 109,61%. Tras Técnicas, se colocaron Iberdrola Renovables (1,88%) y FCC (1,85%).

La marcha del índice selectivo fue acompañada y superada por casi todos los demás españoles. El Ibex Medium subió un 0,35% y el índice general de la Bolsa de Madrid, un 0,25%.

Por su parte, la negociación se movió en unos discretos 2.500 millones de euros en el conjunto del mercado, 500 menos que el día anterior. Mientras, en el mercado abierto se movieron 1.935 millones.

La pequeña subida de los parqués españoles gana valor al ser comparada con la evolución en el resto del continente. Prácticamente todos los grandes índices europeos perdieron posiciones. El que más, el Cac francés, que retrocedió el 0,55%. A la zaga anduvieron el FTSE británico (0,43%) y el Dax alemán (-0,24%).

Al otro lado del Atlántico, la sesión arrancó con indecisión. Las ganancias iniciales se invirtieron cuando se conoció el dato de la actividad en el sector servicios, que creció menos que el mes anterior. Todo un síntoma de la fragilidad del momento en los parqués. Fue un traspiés momentáneo, aunque suficiente para lastrar a las Bolsas europeas. Pocos minutos después, los inversores volvieron a animarse y, aunque sin mucha fuerza, los paneles neoyorquinos volvieron a pintarse con el color verde.