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Los consejeros ocupan sus nuevas carteras en un clima de incerteza

Cargos del PP especulan con un adelanto electoral motivado por el 'caso Gürtel'

El vicepresidente primero, Vicente Rambla; el vicepresidente tercero, Juan Cotino; y las consejeras Angélica Such y Belén Juste ocuparon ayer sus nuevas carteras en el Consell en un ambiente de incerteza. Las especulaciones en el seno del PP sobre un posible adelanto electoral -motivado por la situación judicial del presidente de la Generalitat a raíz del caso Gürtel- pesaron ayer como el plomo en las alas de un gobierno que acaba de ser reordenado para afrontar con éxito la segunda mitad de la legislatura. Y ello a pesar de que el jefe del Consell, Francisco Camps, afirmó el jueves al presentar su nuevo gobierno: "Descarto avanzar las elecciones, me eligieron para cuatro años y mis decisiones, y esta remodelación, tiene que responder a las necesidades de trabajar juntos para salir de la crisis económica".

Sin embargo, nadie en el seno del PP se atrevió ayer a negar tajantemente que Camps no pueda, finalmente, adelantar las elecciones. Al clima de incertidumbre también contribuyó la decisión de que los consejeros con nuevas responsabilidades no acudan a las Cortes a dar cuenta de sus planes hasta que el presidente de la Generalitat haya celebrado el debate de política general. Eso y el ambiente desangelado que se vivió en las ceremonias de traspaso de poderes.

El vicepresidente primero, Vicente Rambla, recibió en el Palau de Valeriola la cartera de Industria de manos de Belén Juste. Un acto en el que sólo estuvo arropado por la consejera de Cultura, Trinidad Miró, y de Inmigración, Rafael Blasco; el secretario general del PP, Ricardo Costa; y el vicepresidente de la Mesa de las Cortes, Antonio Clemente.

Si los miembros del Consell que acudieron a la toma de posesión de Rambla fueron pocos, la práctica totalidad de los dirigentes empresariales acudió a dar la enhorabuena al nuevo consejero de Industria. Rambla les convocó a toda la semana que viene para hablar de la crisis y revisar el resultado de las actuaciones realizadas por la Generalitat.

Rambla pidió una apuesta por el optimismo y, sin desvelar cuál es la impronta que piensa dar a su cartera, pidió al Gobierno central que renuncie a subir los impuestos y a las políticas de subsidio. Los otros actos de relevo oficial de carteras tampoco fueron mucho más lucidos, pero fueron la escenificación de la herencia que cada uno recibe en su nuevo departamento.

- Industria. El vicepresidente primero tendrá que arremangarse pronto si quiere insuflar optimismo. De momento, la crisis industrial sigue abierta. Ford, uno de los mascarones de proa, quiere prescindir de 600 de los 7.000 empleados de Almussafes, con la consiguiente repercusión el parque de proveedores. El sector industrial ha perdido peso a lo largo de la última década y el comercial cuenta en cierres el descenso del consumo. En los últimos años las políticas de la Generalitat han pasado a un discreto segundo plano con Belén Juste, después de que a su antecesor Justo Nieto se le hubiese recriminado la elaboración de planes para los que nunca había dinero. Juste le deja en herencia a Rambla poca cosa al margen de un acuerdo en materia de horarios comerciales y de la confirmación de que la multinacional sueca Ikea se instalará en Paterna.

- Agua y Medio Ambiente. Juan Cotino, cuya carrera política arrancó desde la Cámara Agraria de Xirivella, tiene faena por delante si pretende culminar los retos que se marcó su predecesor. Y tiene una ocasión para demostrar su capacidad política. García Antón, en un caso insólito desde que Francisco Camps es presidente de la Generalitat, sembró el embrión de un gran pacto sobre urbanismo y política territorial con el PSPV. Hasta la fecha se han celebrado reuniones técnicas para perfilar el acuerdo, pero el procesamiento del presidente del Consell paralizó también cualquier negociación con el primer grupo de la oposición parlamentaria.

El propio presidente invitó a Cotino a ser reivindicativo frente al Gobierno para exigir la ejecución del derogado trasvase del Ebro, una misión imposible pero cómoda. Pero al margen de la reivindicación, Cotino debe decidir ahora sobre el desarrollo normativo de la Ley Urbanística Valenciana y la Ley de Ordenación del Territorio, elaborar los planes para combatir el cambio climático e impulsar la vivienda de precio tasado que García Antón no llegó a ejecutar.

- Bienestar Social. Angélica Such es, probablemente, la que recibe la herencia más pesada. Al llegar a la consejería que dirigía Juan Cotino se encontrará con un desaguisado en la aplicación de la Ley de la Dependencia. La Comunidad Valenciana ocupa el penúltimo lugar en solicitudes de prestación reconocidas con relación a la población, un 0,85%. El porcentaje sólo es menor en Madrid con un 0,66%, según datos de agosto del Ministerio de Sanidad. En el territorio valenciano se han realizado 42.066 dictámenes, frente a los 912.917 de toda España. Y existen 23.853 prestaciones cuando en el conjunto del Estado alcanzan las 466.937. Las asociaciones de personas con discapacidad, los sindicatos y la oposición han advertido además de la acumulación de expedientes (la consejería tarda cerca de dos años en decidir, a pesar de que no debería tardar más de seis meses); de las normas valencianas de incompatibilidad (que impiden a un dependiente beneficiarse de la prestación y, por ejemplo; de los servicios de proximidad que venían atendiéndolo), y de la falta de infraestructuras, como centros de día.

Such -que estuvo arropada por Blasco y la titular de Agricultura, Maritina Hernández- hereda además toda una estructura antiabortista impulsada por Cotino y las quejas de numerosos colectivos de dependientes.

- Turismo. Belén Juste aterriza en una cartera, ocupada hasta ahora por Angélica Such, que estaba reservada de forma tácita para un alicantino. Quizá por no serlo, Juste insistió ayer en dar un mensaje continuista que fue bien recibido por el sector turístico, si ello garantiza la "capacidad de concertación" de su predecesora. Juste, de hecho, llega cuando el sector ha conseguido este año una de sus principales reivindicaciones: una mayor inversión en promoción, tal y como indicaron ayer el secretario general de la Federación Hotelera de la Comunidad Valenciana, Luis Martí, el presidente de la patronal hotelera de Benidorm y Costa Blanca, Antoni Mayor y el de la Confederación de Hostelería, Juan Carlos Gelabert.

Juste, sin embargo, tendrá que enfrentarse al gran reto de la desestacionalización turística, en la que apenas se ha avanzado pese a estar en la agenda de todos los anteriores ocupantes de la cartera. La nueva consejera también hereda el reto de elevar el gasto del turista y garantizar el buen funcionamiento del Invatur, el instituto de investigaciones turísticas previsto en Benidorm. Como tarea pendiente, también está crear una marca paraguas para promocionar la oferta turística valenciana.

Belén Juste entrega la cartera de Industria a Vicente Rambla
Belén Juste entrega la cartera de Industria a Vicente RamblaMÓNICA TORRES

Las tareas pendientes de los nuevos

- Industria. Vicente Rambla se encuentra con un sector que no ha dejado de perder peso en la economía. Y uno de los pilares industriales, Ford, quiere prescindir de 600 de sus 7.000 empleados.

- Agua y Medio Ambiente. Juan Cotino tiene sobre la mesa el embrión del pacto sobre urbanismo y política territorial con el PSPV. Deberá concretar el desarrollo normativo de la Ley Urbanística Valenciana y la Ley de Ordenación del Territorio.

- Bienestar Social. Angélica Such se enfrenta al desaguisado en el que se ha convertido la aplicación de la Ley de Dependencia en la Comunidad Valenciana. También hereda una estructura antiabortista impulsada por Cotino.

- Turismo. Desestacionalizar una actividad que sigue muy vinculada al verano es la principal tarea pendiente de Belén Juste; elevar el gasto de los visitantes y lograr que funcione el nuevo instituto de turismo.

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