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El PSOE busca candidatos a las municipales para ganar y para perder

Las ejecutivas empezarán en septiembre a trabajar en las elecciones de 2011

La maquinaria electoral del PSOE andaluz tiene una fecha ya señalada en rojo, domingo 29 de mayo de 2011, día en el que se celebrarán las elecciones municipales. Pero como viene ocurriendo desde 1995, el PSOE carece del principal ingrediente para afrontar en un plano de igualdad con el PP el asalto a las capitales de provincia: los candidatos.

El panorama de los socialistas en cuanto a líderes locales es desértico. El PSOE perdió en todas las capitales en 2007, aunque gobierna gracias al apoyo de Izquierda Unida en dos (Sevilla y Jaén) y sostiene al alcalde de IU en Córdoba. Cada cuatro años se instala la reflexión en la dirección socialista de que "esta vez" van a presentar a los mejores aspirantes para combatir a su peor enemigo, la abstención, pero así van a cumplir 16 años sin dar en la tecla.

La alta probabilidad de acabar en la oposición o la falta de interés en la política municipal, deja, casi antes de arrancar su confección, fuera de estas listas a pesos pesados como Magdalena Álvarez, Carmen Calvo o Luis Pizarro. El PSOE busca ahora para las elecciones a candidatos que quieran serlo, aunque sea para perder.Ahora, el PSOE quiere cambiar de estrategia. El lema de "vamos a buscar a los mejores" se va a sustituir por "queremos a candidatos que quieran ser candidatos", lo que conlleva el reconocimiento implícito de tres realidades. La primera es que los que han sido carteles electorales no han podido, sabido o querido rechazar la petición del partido, aun cuando sus vocaciones políticas estaban muy lejos del ámbito municipal, sobre todo, porque implicaba en la mayoría de los casos el banquillo de la oposición. La segunda es que algunos candidatos lo han sido porque no cuajaron otras opciones mejores. Y la tercera es que ahora quiere a gente que se dediquen en exclusiva al trabajo municipal, con el objetivo de intentar ganar la alcaldía, si se da el caso, a partir del segundo o tercer intento. Es decir, candidatos preparados también para perder.

Hay dirigentes locales del PSOE que a la música del nuevo lema le han puesto otra letra: "No queremos a quien no quiera" y eso abre de inmediato un abanico de descartes en varias capitales. Las estrellas como Magdalena Álvarez en Málaga o Carmen Calvo en Córdoba -ambas ya le dieron calabazas a Manuel Chaves en 2003- no entran en las quinielas de las ejecutivas.

El caso de Málaga es uno de los que más preocupa a la dirección del PSOE y al presidente de la Junta, José Antonio Griñán. En las últimas cuatro elecciones, los socialistas han presentado tres candidatos distintos y todos han sido barridos por la mayoría absoluta del PP. Después de su segunda derrota consecutiva en 2007 sin mejorar resultados, Marisa Bustinduy, abandonó la portavocía municipal y la secretaría general en la provincia. Además de carecer de un candidato reconocido, el partido tiene el handicap de un debilitado grupo municipal en la oposición, tras la renuncia de los tres primeros de la lista.

En el escaparate está Bernardino León Gross, recientemente elegido secretario general de la ejecutiva local, pero que tiene el inconveniente de ser muy poco conocido. Además, el actual secretario general de la Presidencia del Gobierno parece tener reservada otras misiones en clave estatal. Los pronósticos apuntan ahora con fuerza a un nombre recurrente, el del ex rector y ex consejero de Cultura José María Martín Delgado. Llamado a ser candidato en 1999, pero apartado por la implantación del sistema de primarias, Martín Delgado ha sido nombrado coordinador de la ejecutiva local y goza de un buen cartel y reconocimiento en la ciudad, pero quienes le cuestionan alegan que con él no se traslada precisamente una imagen de renovación. Los partidarios de un cambio profundo apuntan como posible alternativa a la actual delegada del Gobierno de la Junta en Málaga, María Gámez.

Salvo la alcaldesa de Jaén, Carmen Peñalver, en el resto de las capitales todo lo que hay son incógnitas, de ahí que el secretario de Organización del PSOE, Rafael Velasco, haya solicitado a la dirección federal adelantar los plazos para elegir en 2010 a los candidatos de 18 de las 28 plazas de más de 50.000 habitantes donde no gobierna, en lugar de aguantar el secreto a seis meses antes de las elecciones. Todas las ejecutivas provinciales y municipales se van a poner a trabajar a partir de septiembre.

En Córdoba, por ejemplo, el PSOE va a cumplir, en 2011, 32 años seguidos sin haber ocupado nunca la alcaldía, algo que no se da en el resto de las capitales. La salida de Rosa Aguilar les abre expectativas, aunque el principal objetivo de la ejecutiva que dirige Juan Pablo Durán es que el PP no logre sentar a su aspirante en el sillón de mando y reeditar un pacto de izquierdas.

En Granada, el hueco que dejó Javier Torres Vela se pretende llenar con alguien más joven que el actual alcalde y con una misión a cumplir en ocho años, mientras que en Huelva, cuya candidata también renunció, el nombre en el que trabaja la dirección andaluza es el de su presidenta, Petronila Guerrero. En Almería, la continuidad de José Antonio Amate como abanderado del PSOE está tambaleante.

Ése es el drama del PSOE en Cádiz, donde la fortaleza electoral de Teófila Martínez se considera inexpugnable y a las estrellas tipo Luis Pizarro o Bibiana Aído no les gusta ese escenario, lo que puede llevar al secretario de la agrupación municipal, Federico Pérez Peralta, a dar la cara electoral.

Por último está el caso de Sevilla. Alfredo Sánchez Monteseirín lleva tres mandatos como alcalde, pero, cada vez que se presenta, el PSOE cruza los dedos, porque las encuestas revelan un dato reiterativo: no suma sino que resta votos a la marca PSOE. Monteseirín quiere seguir y los nombres que hay circulando incumplen con el lema de querer.

La última vez fue Chaves quien, en contra de la opinión de muchos en las direcciones federal y provincial, defendió su continuidad. Chaves está de retirada y los dirigentes miran ya más a Griñán y éste quiere opinar de los candidatos antes de ser elegido en un congreso líder del PSOE andaluz.

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