"Sólo los dos grandes evitan la crisis"
Valerón, Manuel Pablo y Sergio, capitanes del Deportivo, rememoran la Copa que ganaron al Madrid en el Bernabéu y analizan el equipo de Pellegrini
El vestuario del Deportivo siente un afecto muy especial hacia sus tres capitanes, tres líderes que fueron silenciosos, pero a los que el devenir del club ha situado como referencia. Juan Carlos Valerón (Arguineguín, 1975), Manuel Pablo García (Bañaderos, 1976) y Sergio González (Hospitalet, 1976) son los únicos futbolistas que perviven en el club de un tiempo, no tan lejano, que llevó a la entidad a codearse con los grandes de Europa. Juntos festejaron también el Centenariazo, aquella final de Copa del Rey de 2002 en la que el Deportivo rompió todos los pronósticos en el Bernabéu. Hoy regresan a la casa blanca en otras circunstancias, pero con idéntica ambición. Sobre todo ello dialogaron antes de partir hacia Madrid.
Sergio: "El Madrid necesitaba un golpe de efecto tras la temporada del Barça"
Manuel Pablo: "Para mí la cumbre fue ganar la Liga porque es el torneo más difícil"
Valerón: "Se dijo que nos recibieron con arrogancia, pero nos trataron con respeto"
Sergio. Vamos con las mismas ganas que a aquella final aunque está claro que la trascendencia del partido es diferente.
Valerón. Quizás el Madrid se parece más al de entonces en la forma que han tenido este verano de armar el equipo, en la filosofía.
Manuel Pablo. Han cambiado algunas cosas. Ahora han fichado defensas y centrocampistas para reforzarse en zonas que antes no miraban tanto.
S. Ya, pero entonces tenían a Makelele. Estaba Fernando Hierro, también. Sí que puede que ahora hayan sido más previsores. Han fichado a los dos grandes cracks porque necesitaban un reclamo y un golpe de efecto tras la temporada del Barça, pero vieron que les faltaba equilibrio y trajeron a Xabi Alonso. Y luego tienen a Benzema que aún es joven. No creo que explote este año o al menos que monte todo el follón de Kaká.
V. Es menos mediático que Cristiano.
S. Es futbolista sólo en el campo, Cristiano tiene todo para serlo dentro, pero también lo es fuera.
V. Nosotros hemos tenido mucha suerte de jugar en el Deportivo. Aquí hemos estado muy cómodos y hemos jugado al más alto nivel sin esas incomodidades que rodean a nuestro deporte. Personalmente he disfrutado muchísimo del fútbol en A Coruña y con una intimidad que en otros equipos no hubiera tenido.
S. Cuando llegué me sorprendió la estructura tan familiar y básica del club. Pensabas en el Dépor porque jugaba para ganar todo y creías que esto tendría otra magnitud. Y a lo mejor hasta es bueno que sea todo tan simple.
M. P. Yo era un chaval cuando llegué y me costó porque salía de Canarias por primera vez. Por suerte vine con el Turu Flores y me integró en el vestuario, con los argentinos que estaban entonces. Leo Scaloni me ayudó mucho, pero todo el grupo era muy bueno. Me dijeron que un poco antes estaba más fragmentado.
S. Ahora nuestro papel es un poco el de mantener esa unión. No estamos para corregir a nadie, pero sí para avisar cuando los jóvenes desconectan un poco. Lo hicieron con nosotros.
M. P. También está el gusto por el fútbol. Seguimos teniendo la ilusión de jugar y divertirnos.
S. Sí, pero en algunos detalles empieza a dejar de ser un juego y a convertirse en una profesión. Cuando pasan los años sientes que tienes una responsabilidad no sólo en el campo sino también de puertas adentro.
V. Las experiencias vividas cuando empiezas son clave. Además, pienso que los tres tenemos mucho en común, nos gusta estar con los jóvenes y llevar un vestuario. Tampoco es nada especial, es como la gente que lleva más tiempo en cualquier trabajo.
M. P. Sí, pero hemos disfrutado mucho. Para mí la cumbre fue ganar la Liga porque fui partícipe de ella y es el torneo más difícil de conseguir. En la Copa del Bernabéu me estaba recuperando de la lesión.
V. Sergio y yo la jugamos. Sabíamos que la presión era toda para ellos y fuimos con esa tranquilidad. Teníamos equipo para ganarles.
S. Una semana antes habíamos salido entre aplausos de Highbury tras ganar al Arsenal cero a dos. Tú marcaste uno, Flaco, el otro Naybet. Fue tremendo. Le habíamos ganado al Juventus en Riazor y nos pilló la final de Copa con una confianza plena. Fue el mejor mes y medio de fútbol que he vivido en el Dépor. Se unió todo para ganarles.
V. Sí, fue con fútbol. La gente habló mucho de que si el Madrid nos recibió con arrogancia, pero nos trataron con muchísimo respeto. A veces la lectura del profesional es muy distinta a la de los aficionados y los medios de comunicación. Nosotros sabemos que los partidos se ganan en el campo y que no todo lo que se habla influye en un resultado.
S. Salimos muy enganchados, recuerdo que al poco de empezar hubo una falta lateral en el mediocampo y se montó una tangana en la que participó hasta Molina. Queríamos que supieran que les iba a costar mucho ganarnos. Luego marcó Diego Tristán y yo hice el segundo. Irureta me dejaba subir porque Mauro se quedaba y recogía todo, corría por los demás. A Mauro tenemos que darle un enorme gracias. He tenido mucha suerte con los compañeros en mi demarcación porque antes había estado con Galca en el Espanyol tres años también como compañero de habitación y me enseñó mucho. Y luego llego a A Coruña y me encuentro a Mauro...
M. P. Yo me asociaba con Víctor, pero era muy sencillo hacerlo con cualquiera porque era un equipo de mucha calidad y que quería el balón.
S. Fuimos unos privilegiados por vivir aquellos días, pero no me apena pelear por otros objetivos.
M. P. A mí tampoco. Además, al llegar aquí no pensaba en jugar la Liga de Campeones. Mi ilusión antes y ahora es jugar por divertirme.
V. El nivel ha bajado porque ha afectado la crisis.
S. A todos menos a los dos grandes.
EL PAÍS. ¿Piensan en que pasará cuando se acabe el fútbol?
M. P. La verdad es que no. Los tres nos hemos apuntado al curso de entrenador para tener el título, pero a mí me gustaría llegar a los 40. Bueno, igual dentro de dos años ya me estoy cayendo...
V. Sí, lo de entrenador nos lo tomamos con calma todavía.
S. Mira, hablábamos de Molina y está ahora en el Villarreal C.
V. Eso demuestra que no todo es como parece porque hacia fuera daba la sensación de que Molina se sentía cómodo con todo lo que rodeaba al fútbol, pero en el vestuario...
M. P. En el vestuario era muy profesional, le gustaba lo que hacía y tenía una gran autoexigencia.
V. El futbolista, como todas las personas a las que les gusta su trabajo, trata de seguir todo lo que pueda. Mientras me vea en condiciones de dar rendimiento y competir seguiré jugando.
S. Supongo que el cuerpo nos enviará señales, pero está claro que esto se acaba y que un día me levantaré a las nueve y media y tendré pena por no ir a entrenar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.