De toros y de aromas
La corrida resultó muy interesante. Se les picó a los toros ayer más que a las cuatro anteriores corridas juntas.
El tercer toro, bajo de trapío una ratita, tomó dos varas largas, pero eso no quitó para que se comiera a El Cid. En su segundo tampoco pudo lucirse. Por lo demás, otros toros también se comportaron con casta y temperamento.
De los toreros, por un lado Enrique Ponce dejó muestras de dominio, técnicas y colocación, además de ciertas dosis aromáticas. Mató mal, por lo que se fue de Bilbao, tal vez su plaza favorita -aquí se le quiere una barbaridad-, sin tocar pelo.
Claro que si hablamos de aromas, pongamos en la página el nombre de Morante de la Puebla. En su primer toro se desinhibió completamente. El público le abroncó con toda la razón. Mas ese público se equivocó pitándole un momento antes de que saliera de los chiqueros su segundo toro...
Tajo-Reina / Ponce, Morante, Cid.
Toros del Tajo y de la Reina: encastados, desiguales de presentación.
Enrique Ponce: Pinchazo -aviso-, metisaca y media estocada (ovación); dos pinchazos -aviso- y estocada defectuosa (vuelta al ruedo).
Morante de la Puebla: Media estocada (bronca); dos pinchazos -aviso- y estocada defectuosa (ovación, que no sale a recibir).
El Cid: Dos pinchazos y estocada defectuosa (silencio); estocada (aplausos).
Plaza de Toros de Vista Alegre. Sexta de feria. Cerca del lleno. Se guardó un minuto de silencio por el alma de Juan Ramón Ibarretxe, ex presidente del Club Taurino y colaborador de la SER.
Y Morante hizo abstracción de la garrulez de esos picadores, para empezar su serial de aromas de las buenas (canela fina).
Primero vino un quite por verónicas suaves y templadas. En la faena el aromaje fue subiendo de tono. Instrumentó derechazos suavísimos, y de allí surgía la lentitud, el temple, la gracia, la dulzura.
No era el Morante de sus mejores tardes. El torero sabía poblar su soledad con aquellos pases, nietos de la espuma torerista de su intimidad. Morante o la doma de la forma.
Quizá Morante sea el único torero de hoy en día capaz de proyectar su alma en una pared muy, muy blanca. Fueron aromas como pájaros azules...
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.