Morante, en carne abierta
El sevillano llega a Bilbao nada más serle retirados los puntos de la cornada que sufrió hace trece días
Todo el mundo taurino espera la llegada de Morante a Bilbao. Lo que el crítico Antonio Díaz-Cañabate vino a llamar El planeta de los toros está ansioso por que el diestro sevillano haga el paseíllo en Vista Alagre tras la cornada que le ha tenido apartado de los ruedos desde el 7 de agosto, cuando fue corneado en el Puerto de Santa María. El martes reapareció en Málaga y cortó una oreja. Ayer, los médicos le quitaron los puntos de la herida antes de viajar a Bilbao.
En las plazas de Vitoria y San Sebastián su ausencia desató innumerables comentarios de desilusión. No cabe duda de que es la temporada de Morante de la Puebla. Los aficionados le esperan y él lo sabe. Ha decidido apretar el acelerador y cambiar la aparente fragilidad que le ha impedido tener un puesto de más importancia.
En Vitoria y San Sebastián su ausencia desató amplia desilusión
José Antonio Morante es de los toreros calificados como artistas, de los poseedores del duende andaluz, del pellizco que les sirve para emocionar a los tendidos con un detalle. Su trayectoria profesional se ha diluido por una fragilidad mental que le llevó a abandonar incluso los ruedos durante un tiempo. Pero el nuevo Morante es diferente.
En 2009, se citó en un exigente mano a mano con El Cid ante astados de Victorino Martín en La Maestranza. Echó un órdago. Y en esa tónica ha seguido toda la temporada: dar la cara e intentar conquistar nuevas plazas.
El tópico de los toreros artistas les añade el calificativo de miedosos, protagonistas de espantás. Cuentan que Rafael El Gallo, afamado diestro sevillano, perfecto exponente de ese tópico, llegó una noche a su casa y cuando le contó a su madre que el toro le había cogido sin herirle, ella le contestó: "Habrá saltado el toro al callejón, porque con lo que tú te acercas, hijo". Sin embargo, este matador se enfrentó en numerosas ocasiones a las ganaderías duras como la de Miura.
Morante ha madurado y ha decidido convertirse en el heredero de Curro Romero. Al mismo tiempo, se ha instalado en una imagen nada acorde con su edad. Tan pronto se presenta con bombín como con trajes con aroma de poeta de la Generación del 27. Lo que ya no abandona es un buen habano que apura en el callejón de la plaza entre toro y toro.
Él se sabe un torero diferente, pero se ha percatado de que para pasar a la historia debe abrir las puertas grandes de los ruedos importantes, como las cinco ocasiones en las que Curro Romero la cruzó en Las Ventas.
Bilbao espera a Morante para levantar la feria, pero ya se sabe que el sevillano es capaz de lo mejor y de lo peor. Sus compañeros de terna, Ponce y El Cid, no pueden dejarse ganar la batalla. Se despiden de Vista Alegre y aún no han tocado pelo.
LA CORRIDA DE HOY: Toros de El Tajo para Enrique Ponce, Morante de la Puebla y El Cid.
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