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Crónica:Mundiales de atletismo en Berlín
Crónica
Texto informativo con interpretación

El plátano de Pestano

El canario, décimo, una vez más no logra el pase a la mejora

Carlos Arribas

Antes de introducirse por primera vez en la jaula, el círculo de cemento cuya sola presencia hace aumentar los latidos del corazón y desata una cadena de reacciones químicas incontrolables de todos los lanzadores, Mario Pestano, a quien le gusta fingirse imperturbable, se ajustaba la faja, estiraba, saltaba de acá para allá, repasaba los movimientos básicos del discóbolo como el alumno que, nervioso a la puerta del aula del examen, mira y remira los apuntes que tan bien se sabe, de memoria, por última vez. Luego, cogió el disco, hizo sus giros, tenso, encogió el brazo, saltó en el aire, lanzó como pudo el disco que en vez de planeante salió ondulante, la órbita de un plátano, quizás, y se quedó mirando: 62,76 metros. No lanzaba menos en un concurso oficial desde el 10 de mayo, en Fuenlabrada, en que se quedó en 60 metros. Después no bajó nunca de 63 metros. Hasta ayer. Por no ir más lejos, el discóbolo -que año tras año busca redimirse en una competición de la frustración de la anterior-, lanzó 65,03 metros como quien no quiere la cosa, y a la primera, el día anterior. Eso hizo aumentar las expectativas para la final.

"No tengo ni la fuerza de un plátano", dijo el lanzador de Tenerife, con un fruto canario en la mano, después de abandonar la final antes de tiempo, décimo, un año más sin pasar a la mejora. Lo que no le pareció tan mal. "En la tierra hay cinco o seis mil millones de habitantes, y yo soy el décimo lanzando el disco", añadió un atleta de 31 años que hace uno lanzó 69,50 metros antes de llegar a Pekín. "Cuando un niño aprende a andar se cae y se levanta dos o tres mil veces. Yo llevo unas cuantas, pero no tantas".

Más rápido aprendió, no a andar, sino a correr, un competidor verdadero, el alemán Robert Harting, de 24 años. Empujado por su público consiguió el oro con un lanzamiento final de 69,43 metros (su mejor marca, lograda en el sexto lanzamiento de una final mundial), que superó los 69,15 metros del polaco Malachovsky.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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