El juez deniega el cierre de dos bares con fotos de etarras porque ya las han retirado

El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco decidió ayer no clausurar temporalmente los bares Zurgai y Ezpala, ambos en Pamplona, al haber retirado "voluntaria y conscientemente" sus dueños una quincena de fotografías de etarras presos. Sin embargo, el juez imputa a los responsables y a las encargadas de los dos locales un delito de enaltecimiento del terrorismo, castigado con pena de uno a dos años de prisión.

El juez señala que, al haber retirado voluntariamente las fotos de etarras, los propietarios de los bares han evitado la continuidad de la acción delictiva, por lo que no procede acceder al cierre que solicitó la fiscalía. No obstante, deja constancia que el cierre puede ser acordado "también durante la tramitación de la causa".

Los imputados en el delito de enaltecimiento son el propietario del Zurgai, Daniel Burgos Monreal; la encargada de este bar Izaskun Goñi Juárez; el dueño del Ezpala, Antonio Echalecu, y la camarera Ainhoa Oroz. El juez descarta que las encargadas hayan incurrido en la "desobediencia grave" a la autoridad que señaló el fiscal por negarse a retirar las fotos a requerimiento de la Guardia Civil, y les imputa directamente el delito de enaltecimiento.

La fiscalía de la Audiencia Nacional, que instó por primera vez el cierre de los dos locales, ha retirado la petición de clausura respecto al Ezpala y la mantiene respecto al Zurgai, cuyo dueño, Daniel Burgos Monreal, quitó las fotos pero las sustituyó por siluetas. La fiscalía estudiaba ayer por la tarde el auto del juez y previsiblemente lo recurrirá hoy para que acabe siendo un tribunal de la Audiencia Nacional el que decida si se cierra el bar Zurgai.

En su resolución, el juez Velasco señala que la colocación de carteles con fotografías de presos de ETA en un establecimiento público como un bar constituye un indicio de un delito de enaltecimiento de quienes han participado en la ejecución de actos terroristas. La exhibición resaltada en lugares muy visibles del local "no puede tener otro fin que el de recordar la acción por la que son encomiados por quien los coloca, o por quien, siendo responsable, no los retira, tolerándolos".

Según el auto, enaltecer la trayectoria de alguien significado exclusivamente por cometer acciones terroristas supone "una clara promoción pública" de los que cometen esos actos criminales y el "escarnio de las víctimas".