El Gamper de Ibrahimovic

Antes de que la televisión irrumpiera en los entrenamientos de verano, la cita con el Trofeo Joan Gamper, a finales de agosto, representaba algo más que un partido amistoso para el barcelonismo. Lo jugaban el Barça y tres equipos más -normalmente, de relumbrón- y el socio, que no pagaba, bajaba o subía a Barcelona desde su segunda residencia dispuesto a reencontrarse con su asiento y ávido de conocer a la nueva estrella. Justo lo que sucederá esta noche (22.15, La Sexta y TV-3) con Ibrahimovic. Enfrente, el millonario Manchester City.

"El Gamper era una liturgia", describió ayer Pep Guardiola, que, de niño, como tantos culés, también asomó la nariz por el Camp Nou de la mano de su padre con dos carnets prestados. "Ahora ya están hartos de vernos" dijo sarcástico el técnico, que consideró el debut del sueco como "un buen motivo para ir al estadio". "No sé si saldrá de entrada ni cuántos minutos jugará, pero lo normal es que juegue", comentó. "Le veo bien. Se ha adaptado al equipo y a la gente con rapidez", relató antes de remarcar: "Es un superclase y, por tanto, está dispuesto para integrarse en cualquier sistema. Ya tiene la condición física adquirida y ahora se trata de darle minutos. Es un tipo inteligente. Domina todos los aspectos del juego". La presentación promete.

"Es un superclase y domina todos los aspectos del juego", destaca Guardiola

Tal y como hubo un Gamper para conocer a Quini, también se oficiaron otros para saber de Sotil, Krankl, Archibald, Schuster y hasta de Maradona, noches que servían para que la hinchada saliera del campo con el latiguillo de "aquest any, sí". Pero resulta que llegó Johan Cruyff y entendió que cualquier amistoso de pretemporada generaba ingresos. Así que acercó las cámaras a los partidos. Durante su estancia en el banquillo, el holandés trató de convencer al presidente, Josep Lluís Núñez, de que suprimiera el torneo o lo dejara en una noche. Al final, el 16 de agosto de 1996, el Gamper se disputó por vez primera a un único partido y el Barça de Louis van Gaal le ganó al Sampdoria en los penaltis.

Llegados a este punto, con la Supercopa de España a la vuelta de la esquina -el domingo, contra el Athletic, se disputa la vuelta- y en el horizonte la de Europa -el viernes de la próxima semana-, el Barcelona afronta un nuevo Gamper sin Márquez ni Iniesta -no estarán hasta la Liga- y convencido de que a la plantilla le faltan piezas. "Lo pienso yo, lo piensa Txiki Begiristain y hasta el presidente. Lo sabe todo el mundo, pero, si no podemos traer refuerzos, no vendrán. El mercado está complicado", asume Guardiola, especialmente por lo que respecta a la posibilidad de contratar un central. "Más allá de Chigrynskiy, hay algunos interesantes, pero juegan en equipos importantes y su precio es inaccesible. O, mejor dicho, el club entiende que no se puede pagar".

"Sólo pido que sean buenos, pero, si no vienen, no vienen", añadió. "No me quejo ni busco excusas", avisó antes de matizar que una cosa es tener fe en la cantera y otra que sirva cualquiera. "No todos valen para jugar en el primer equipo", recordó al club. Y cerró el tema: "Seremos competitivos, completemos o no la plantilla". Hoy, de momento, alcanza con Ibrahimovic. La venta de entradas -se han vendido 80.000- asegura una gran noche.