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Adiós CD, buenos días vinilo

Las tiendas hacen frente a la crisis entre el coleccionismo e Internet

Cuando hace 30 años Vicente Fabuel y Pepe Salvador fundaron la tienda de discos Oldies en Valencia nada hacía presagiar las convulsiones que unos pocos años después comenzarían a producirse en el mapa discográfico y las isobaras musicales. "En aquel momento", recuerda Fabuel, "el disco de vinilo era el soporte hegemónico y aunque estaba la cinta de casete, no suponía ninguna alternativa, más bien su función era complementaria". Hoy el paisaje se ha transformado radicalmente y las formas de consumo han dando un giro de 360 grados.

El CD parece vivir su recta final mientras Internet y los soportes inmateriales han supuesto un tsunami en los hábitos musicales. Una transformación que en el panorama internacional ha comportado la desaparición de grandes cadenas como Virgin Megastore mientras las ventas de discos han disminuido un tercio en 2008 según la IFPI (Federación Internacional de la Industria Fonográfica).

"El mercado del vinilo nuevo todavía es minoritario, con tiradas limitadas"
En este negocio el cliente ideal es el coleccionista de discos

"Solo hay que ver cómo han reducido la superficie dedicada a la música los grandes almacenes y cadenas", señala Fabuel. "El CD y el DVD han dejado de ser rentables, y en estos sitios la rentabilidad se mide por metro cuadrado". Oldies se nutre de un público fiel, donde destaca la figura del coleccionista, que, como el protagonista de la novela Alta fidelidad,de Nick Hornby, mantiene su fe inquebrantable en el vinilo.

"El mercado del vinilo nuevo", dice Pepe Salvador, "todavía es un sector minoritario, con tiradas limitadas, pero en estos últimos años se ha ido desarrollando y yo creo que no dejará de crecer en los próximos años". "Hoy en día", continúa Fabuel, "el CD es un soporte totalmente desacreditado, todo el mundo se puede hacer un CD, y esto ha hecho que el vinilo refuerce su condición de objeto icónico. Además, nunca se podrá comparar el disco vinilo, con su formato, envoltorio gráfico, y sonido -lo más importante-, al CD".

Especializada en el disco de vinilo nuevo, está Mardigras, tienda enfocada a géneros como el jazz, rhytm & blues, funky y otros ritmos negros. Enclavada en el centro histórico desde hace diez años, se ha convertido en una referencia para el melómano soul. "Desde el principio", dice su propietario, Pepe Lledó, "tuve claro que tenía que ser una tienda especializada si quería ofrecer un producto diferente".

El establecimiento exhibe una selección de discos, en buena parte de importación, donde destacan las portadas de sellos como Blue Note, Atlantic, Stax o la Motown. "Es difícil todavía trabajar con el vinilo nuevo, porque es caro y hay poco margen, pero es un mercado que cuenta con un público exigente, y sobre todo que busca algo especial". Reconoce que Internet ha trastocado los precios de los discos. "Se ofertan cosas a unos precios increíbles y esto hace que todo se haya dimensionado. En este tipo de negocios el cliente ideal es el coleccionista de discos, un comprador por un lado más exigente, pero también más generoso, y la única manera de seducirle es ofreciéndole productos singulares".

Entre las tiendas pioneras de la ciudad se encuentra Harmony. Aunque en su interior se pueden ver los más diversos géneros, el local ha adquirido carácter de santuario para los seguidores del heavy metal. "Es uno de nuestros géneros", dice Víctor, su dueño, "pero nuestra oferta es muy amplia, rock clásico, progresivo, sinfónico, aunque a la larga, cada uno de nosotros de alguna manera se ha ido especializando y creando sus señas de identidad". A diferencia de otros establecimientos, "aquí el CD se sigue moviendo y nuestro público, quizás por su perfil, todavía sigue decantándose por este soporte, no sé que ocurrirá en el futuro", dice Víctor.

También especializada en el universo del rock se encuentra Devil Records. "Estas tiendas", señala Vicente López, "no nos engañemos, nos podemos mantener porque somos negocios familiares, nosotros somos a la vez propietarios y empleados". La famosa lengua rollingstoniana ilustra algunas de las camisetas que se pueden ver en su interior junto a otros gadgets de la cultura pop. "Nuestro cliente", dice López, "busca también otros objetos de la cultura rock como pueden ser camisetas, complementos, a la hora de distinguirse de otras culturas o tribus musicales". Sobre la crisis discográfica reconoce que para las generaciones más jóvenes "la música se ha convertido en una cosa gratuita", un concepto que es difícil que cambie, aunque, por otro lado, "siempre estará el consumidor que entiende la música de otra forma, que necesita un contacto más físico, como el que ofrece el disco de vinilo". Entre los últimos desembarcados está Monterey, un pequeño local situado en el corazón del barrio del Carmen. "La tienda", dice su propietario, Víctor Romero, "está especializada en el disco de vinilo reeditado y géneros que van desde el rock pionero al surf, beat, garaje, psicodelia, folk, hasta las bandas actuales". "Este tipo de negocios", dice Víctor, "no es un negocio mercantil o comercial, aquí lo que manda en primer lugar es lo vocacional, estamos en esto porque nos gusta, porque tenemos pasión por la música y el comprador que viene a nuestras tiendas participa de esta experiencia".

Como en otros establecimientos, el catálogo on line es uno de sus puntos de venta. "Paradójicamente", señala Víctor, "Internet, que ha supuesto para la industria discográfica un terremoto, para tiendas como la nuestra se ha convertido en una excelente herramienta". Como otras tiendas especializadas, ha comenzado a colaborar en la edición de proyectos discográficos. "Editar vinilo sigue siendo un negocio minoritario, pero cada vez son más los grupos que se están animando a realizar ediciones en este soporte al mismo tiempo que sus canciones se pueden descargar en Internet, sin que tengan que ser mundos irreconciliables".

TANIA CASTRO

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