"Vuelvan a reclamar mañana"

Dolores y Catalina Fernández pasaron parte de la noche del lunes esperando a que un familiar las recogiera en la puerta de la estación de Atocha. Las dos hermanas, de 82 y 79 años, habían salido en AVE de Córdoba con destino a Madrid a última hora de la tarde. Su tren tenía que haber llegado a las once. Pero el temporal dejó intransitables unos cuatro kilómetros de vía entre las localidades toledanas de La Sagra y Yeles, obligando a suspender la circulación entre Madrid, Sevilla y Málaga desde las 21.15. Un autobús habilitado por la compañía las dejó en Atocha de madrugada. Allí trataron de encontrar a algún empleado que les ayudase con las maletas -"mi hermana tiene tendinitis en una mano y yo 82 años y taquicardias", se excusaba Dolores-. Y, como muchos otros de los viajeros que iban llegando, quisieron entrar en la estación para reclamar o, al menos, para subir por las escaleras mecánicas hasta la salida superior, donde el sobrino de las dos hermanas aguardaba con el coche. No era posible. Eran más de las doce de la noche y la estación estaba cerrada. "Vuelvan ustedes a reclamar mañana", les dio a entender el personal de seguridad.

Los que llegaron de madrugada no pudieron acceder al interior de Atocha

"No avisaron del retraso hasta que entramos en el tren", dice un usuario

Dentro, algunos de los pasajeros que tenían que haber salido en AVE desde Madrid permanecían esperando a los dos autobuses previstos para trasladarles a Málaga y Sevilla. Unas cuarenta personas decidieron utilizarlos. Renfe explicó que les ofrecieron hoteles para pasar la noche pero que ellos prefirieron viajar. Algunos pasajeros lo niegan.

Dolores y Catalina seguían, mientras tanto, esperando en la calle. Encontraron por fin un teléfono con el que llamar a sus familiares y explicar que no habían podido ir al encuentro del sobrino. Otra sobrina puso rumbo a Atocha y las recogió sobre las dos. Una hora después se metían, por fin, en la cama.

Más tarde todavía llegó Mohamed, en un autocar procedente de Málaga. Eran las tres y el hombre, que pisaba España por primera vez y apenas hablaba castellano, tuvo que llamar a casa de su hermana para pedirle ayuda. Ella ya había estado en la estación horas antes tratando de enterarse de cuándo iba a llegar, pero se fue a las dos sin respuesta. "Estaba tan nervioso que me dijo que hoy mismo se volvía a Marruecos", bromeaba ella ayer.

Los retrasos afectaron durante la noche del lunes y el día de ayer a 68 trenes y unos 8.000 viajeros, para los que Renfe elaboró un plan alternativo de traslado por carretera. Muchos se preguntaban si iban a poder reclamar algo por los retrasos. La compañía les ofrecía cambiar los billetes o devolverlos. Pero los que optaron por utilizar los más de 50 autobuses que se habilitaron no tenían derecho a reintegros, pues los retrasos fueron culpa de la tormenta, una causa ajena a Renfe.

La misma explicación recibieron ayer los pasajeros que salieron de Atocha con destino a Cádiz y Huelva en trenes que tuvieron que circular por vías convencionales en lugar de por las de alta velocidad. "No nos avisaron del cambio hasta que estábamos dentro del tren", lamentaba Eduardo Muñoz al llegar a Cádiz con cuatro horas de retraso. "Entiendo que ha sido culpa de las condiciones meteorológicas pero, por lo menos, que se nos informe para poder decidir si queremos ir en autobús y ahorrarnos un dinero".

Las fuertes lluvias caídas el lunes inundaron las vías entre los kilómetros 44 y 46, llegando a levantar algunas traviesas y dejando las vías desguarnecidas en dos kilómetros. A las cuatro de la tarde de ayer se restableció la circulación en una de ellas y, aunque con limitación de velocidad, se reinició el tráfico de trenes de larga distancia con dirección a Málaga y Sevilla. Los de distancias medias siguieron siendo sustituidos por autobuses hasta Toledo para evitar congestiones. La compañía preveía que a primera hora de la mañana de hoy iba a quedar restablecido el servicio por completo.