¿Por qué se van los licenciados?
Un 14% de licenciados deja Euskadi tras la carrera para trabajar - La exigencia lingüística y el tamaño de la economía vasca se apuntan como dos de las causas
Los vascos han exportado su talento durante toda la historia. Participaron activamente en la conquista de América o en la industrialización de España. Unamuno decía que "por lo menos dos cosas" se podían atribuir al ingenio de sus paisanos: la República de Chile y las misiones de los jesuitas. Un reciente estudio de Lanbide, el servicio vasco de empleo, estima en un 14% el porcentaje de licenciados universitarios que deja Euskadi para trabajar una vez concluida su formación.
La catedrática de Economía de la UPV y ex directora de Ikerbasque, Mari Carmen Gallastegui, destaca que el principal handicap radica en que en Euskadi no se ofrecen "todas las carreras profesionales que los licenciados pudieran tener en mente", por lo que, al final, a muchos se les plantea una alternativa: trabajar en el País Vasco por debajo de su cualificación o marcharse, "muchas veces a Europa".
"Muchos también se van a hacer tesis, posdoctorados o a pasar tiempo fuera"
La comunidad autónoma, con sus 2,1 millones de habitantes, no alberga todos los sectores económicos con tamaño suficiente como para emplear a sus licenciados. Sin embargo, es precisamente en aquellas profesiones en las que Euskadi presenta mayor carencia de profesionales donde se observa la mayor movilidad. Así, dos de cada diez médicos e ingenieros dejan el País Vasco para trabajar, según el citado informe, que añade que mientras un 18% de quienes se marchan va al extranjero, el resto se quedan en otras comunidades. Madrid es el lugar de trabajo del 29% de los desplazados. Cataluña y Navarra acogen al 13% cada una.
Todas ellas suman más desempleo que Euskadi, que está siete puntos por debajo de la media nacional de parados, según la última Encuesta de Población Activa (EPA).
Juan Ignacio Pérez, rector de la UPV hasta el año pasado, cree que los licenciados que dejan Euskadi no son tantos como los que refleja la estadística de Lanbide. "Muchos se van para hacer tesis, posdoctorados o a pasar una temporada fuera. Eso no es fuga de cerebros; es parte de su formación, y en su mente está volver", mantiene.
Gallastegui ahonda en su idea de que se trata de un problema de escala: "Hay gente que encuentra que incluso nuestras capitales son demasiado pequeñas para llevar un proyecto de vida todo lo independiente y anónimo que ellos desearían". Un problema de escala y tal vez de salarios, más bajos en Euskadi, como apunta la catedrática, que en otros países.
En cuanto a la escasez de médicos, el ex rector de la universidad pública recuerda que la situación del sistema sanitario español "es grave" en su conjunto y atribuye su salida más a la nota con la que se titulan en el MIR, que a razones como la exigencia de un perfil lingüístico en euskera.
Quien sí establece una relación directa entre esta marcha de licenciados y la exigencia de un elevado nivel de euskera es el PP, al igual que algunos sectores del PSE y la UGT. El secretario general en Euskadi de ese sindicato, Dámaso Casado, destaca que en Osakidetza, por ejemplo, se prima el conocimiento de la lengua vasca por encima de factores profesionales en ámbitos como la enfermería. "Esto hace que muchos profesionales jóvenes se marchen".
Para Imanol Zubero, sociólogo de la UPV y senador del PSOE, el idioma no es la primera de las causas, pero sí una de ellas. En su opinión, la mayor responsabilidad la tiene el tamaño de la economía vasca. "Producimos más licenciados de los que puede absorber el mercado", apunta, pero considera que también afectan el idioma y el terrorismo.
"La sociedad vasca ha apostado por el bilingüismo, pero no debería eludirse el debate de cómo queremos que se aplique", argumenta Zubero, quien apuesta por un equilibrio entre la exigencia idiomática y la realidad social para no desincentivar a los jóvenes.
Sobre el terrorismo, Gallastegui y Zubero coinciden en que "lo más normal del mundo" es que los familiares o los amigos de los amenazados decidan irse lejos de la presión terrorista.
El ex rector Pérez apunta que quizá ese asunto no sea tan influyente como muchos creen: "Singapur o Indonesia atraen a muchos profesionales muy cualificados y tienen más problemas de seguridad que nosotros". Zubero contrapone el ejemplo del AVE vasco como un caso evidente de desincentivación y de problemas en ocasiones de vacantes de puestos laborales.
En cuanto a las acciones posibles para retener a los jóvenes talentos, Pérez cree que las que han puesto en marcha las administraciones públicas resultan las únicas "que funcionan". En su opinión, la incidencia de los CIC y de los clústers al retener a profesionales y atraer a otros de fuera resulta fundamental.
Zubero se muestra más crítico con algunas iniciativas, que ve "paradójicas". Es el caso, indica, de Ikerbasque, la fundación que promueve la investigación científica en Euskadi y que dirigió Gallastegui hasta junio. "Buscan atraer profesionales de otros países, mientras dejamos escapar a los que tenemos aquí poniéndoles trabas con el idioma". opina el sociólogo.
Los casos de Cataluña y Madrid
- En Cataluña, el porcentaje de universitarios que se marcha tras licenciarse el 12%, según el Departamento de Educación de la Generalitat. Su caso es bastante distinto al vasco. Allí la ratio de universitarios de otras comunidades que acuden a estudiar a Cataluña llega al 14%. En Euskadi es mayor el porcentaje de vascos que se van a estudiar a universidades de otras comunidades (un 17%) que el de los alumnos que recibe (un 8%), según datos del Ministerio de Educación.
- La Comunidad de Madrid no cuenta con una estadística oficial del número de los recién licenciados que se marchan, pero diversas fuentes del ámbito académico dibujan una horquilla del 5% al 10%.
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