El cazador que no jugó la 'Champions'
Huntelaar se marcha de caza a Italia. El delantero holandés abandonó ayer Madrid rumbo al Milan, un traspaso deficitario pero necesario para las cuentas blancas: costó 27 millones (20 fijos para el Ajax y 7 más variables), y el equipo de Berlusconi se lo lleva por 18 (15 fijos, 3 variables). La pérdida de dinero la compensa el Madrid con el alivio de tener un delantero menos en plantilla.
Pese al buen manejo con ambas piernas en el remate, el holandés entró con el pie izquierdo en el Madrid: llegó el invierno pasado procedente del Ajax y lo hizo lesionado, como recambio de un Van Nistelrooy también convaleciente, y en su presentación el público se acordó más de Cristiano Ronaldo que de él. Como colofón estuvo involucrado en la chapuza de la anterior directiva que fichó con él a Lass sin percatarse de que ambos no podían jugar la Champions. Huntelaar no fue el elegido.
El cazador se marcha con ocho goles en 20 partidos. En su presentación Ramón Calderón lo definió como un JASP, joven aunque sobradamente preparado. Y demostró estar sobradamente preparado para lo que se le puede exigir: anotar. Fueron pocos tantos, pero el repertorio fue de calidad: goles al remate, al primer toque, de volea, de vaselina...
No fue suficiente para mantenerse en este nuevo Madrid, y Huntelaar se va a un Milan que, tras la negativa del Sevilla a venderle a Luis Fabiano, lo tenía como plan B para rejuvenecer su delantera. El holandés está a punto de cumplir 26 años. Mientras la opción de Luis Fabiano se desvanecía para los rossoneros, Huntelaar desbarató el acuerdo existente entre Madrid y Stuttgart para traspasarlo, a la espera de que un club con mayor renombre (y sobre todo que jugara la Champions) apostara por él. Ahora cazará en San Siro, como lo hizo en el pasado Marco Van Basten, el gran 9 holandés, y bajo la atenta mirada de un Berlusconi que el miércoles no dudó en atizar a la política de fichajes del Madrid. Los 252 millones gastados por Florentino Pérez este verano son, para Il Cavaliere, "un sacrilegio en este periodo de crisis en la economía. Pero esto es fútbol, aunque es un sinsentido que hace llorar los balances de todos los equipos".
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