El desempleo impone recortes en los mercados

El Ibex 35 inició en esta última sesión una fase de corrección que muchos inversores esperaban desde hacía algún tiempo. El principal índice de la Bolsa española cayó el 1,59% para cerrar en 10.704,40 puntos, superando con este descenso al resto de las plazas europeas que se anotaron recortes más suaves.

La apertura del mercado y el resto de la mañana discurrieron con un ambiente positivo que apuntaba a la recuperación, con lo que el Ibex 35 consiguió subir el 0,42% para alcanzar los 10.922,50 puntos. Sin embargo, las noticias que llegaban desde Estados Unidos impusieron una brusca vuelta atrás que llevó al indicador español a los 10.672,60 puntos, con lo que se anotó una caída del 2,29% desde los máximos intradía de la jornada. Un pequeño esfuerzo al cierre, aprovechando las fuertes caídas de algunas cotizaciones, consiguió llevar al Ibex 35 por encima de los 10.700 puntos.

Las causas de este descalabro estuvieron en los datos sobre empleo publicados en Estados Unidos y que apuntan a la pérdida de 371.000 empleos no agrícolas en el pasado mes de julio. Al tiempo, el índice de actividad del sector servicios de ese mismo mes bajó respecto a junio, confirmando que empleo y consumo están estrechamente ligados y que su caída afectará negativamente a las posibilidades de recuperación.

La Bolsa de Nueva York interrumpió su recuperación y afectó al cierre de los mercados europeos. El principal índice estadounidense, el Dow Jones, perdió un 0,42%.

La publicación del índice de producción de julio en la eurozona, con una mejora de 2,4 puntos respecto del mes anterior, provocó lecturas muy dispares en los mercados, con lo que París bajó el 0,51% mientras que Francfort caía el 1,18%.

La valoración de una situación en la que se apostaba por el final de la recesión parece tocar a su fin y ahora harán falta datos económicos más positivos para frenar los retrocesos. Inversores y analistas ya habían advertido de esta posibilidad hace algunas semanas, pero los mercados consiguieron mantener la inercia alcista por la mejor percepción de la situación del sector financiero. Algunos indicadores todavía apuntan hacia ese final de la recesión, pero no hay síntoma alguno de recuperación, con lo que, finalmente, parece que la crisis formará un perfil de L con la base muy larga.