Del fiasco de las prerregatas al abandono definitivo

En marzo pasado se abrió un cisma entre los miembros del Consorcio de la Copa del América ante la posibilidad de celebrar varias prerregatas en Valencia este año para dinamizar un puerto mortecino. El Gobierno se negaba a pagar 20 millones de euros a Ernesto Bertarelli por dos regatas, mientras la Generalitat y el Ayuntamiento, apostaban por la inversión. Finalmente, el 1 de abril, el presidente Francisco Camps y la alcaldesa Rita Barberá firmaron sin el Gobierno un contrato con el sindicato suizo para celebrar una sola regata por 9 millones que acabaría en un fiasco. Un día después, desde Nueva York les cayó un jarro de agua fría con la victoria del Oracle y Barberá rompió el contrato cinco días después. Desde entonces, todo han sido malas noticias para la alcaldesa que clamó por un pacto -"ruego, solicito e insto al acuerdo"- que nunca llegó.

Se va así al traste otra apuesta de la Generalitat y del Ayuntamiento en la que, por otra parte, el que más dinero ha aportado ha sido el Ejecutivo central, que ha invertido, según cifras de la Delegación del Gobierno, más de 1.000 millones en infraestructuras portuarias (canal, ampliación de muelles, nueva dársena...) y de transporte. Dinero al que hay que sumar otros 10 millones en promoción en numerosas ferias internacionales. Un coste que no incluye las suculentas ventajas fiscales decretadas por el Gobierno para los patrocinadores de la prueba y para los participantes. La Delegación del Gobierno lamentó ayer el "fracaso clamoroso de una estrategia encaminada a conseguir la celebración de la Copa en Valencia a cambio de tomar partido institucional por uno de los competidores", una apuesta que desembocó "en una interminable contienda judicial". El subdelegado, Luis Felipe Martínez, aseguró que si todavía se puede hacer algo "el Gobierno tratará por todos los medios a su alcance" de recuperar la Copa.