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Crítica:DANZA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un bodrio y dos buenas piezas

Se cambia de perspectiva sobre la compañía muniquesa después de ver este programa de coreografías contemporáneas, sólo empañado por la primera, que además de ser indigna del conjunto y su tradición resulta banal, caótica y mal estructurada, especie de divertimento escolar con ambiente de mercadillo (léase pasotismo). Para olvidar. Pero después vinieron dos obras muy distintas, potentes, bien bailadas y que son una buena velada de danza sin necesidad del bodrio inicial.

Adagio Hammerklavier, de Hans van Manen (Nieuwer-Amstel, 1932), fue concebida hace más de tres décadas y no ha perdido entidad ni el peso estético de obra lírica y concentrada. Tres parejas elaboran un tejido de linealidad sólo aparente en combinaciones de adagio balletístico y se entrelazan en una interiorización de la música, su sentido último de abstracción y respiración. Los bailarines, siempre correctos, deben administrar i tempi en una difícil conjunción de frases combinadas que devienen estilo, forma de exposición.

Bayerisches Staatsballett (Múnich)

Cambio d?abito. Simone Sandroni / Bach. Adagio Hammerklavier: Hans van Manen / Beethoven. Violakonzert II: Matin Schlapfer / Gubaidulina. Escenario Puerta del Ángel. 3 de agosto.

La primera coreografía es indigna del conjunto y resulta banal
El espectáculo se cerró con una obra mayor, sorpresa de la función

Para cerrar, una pieza mayor, sorpresa de la función: el concierto para viola y orquesta de Gubaidulina es un reto en sí mismo como sonoridad, y llevarlo a una estructura coréutica coherente, muy arduo empeño. Schlapfer ha entendido la gravedad del planteamiento sonoro, su densidad expositiva, que crece en el material bailado a la vez que en la partitura, con su envolvente y hasta amarga intensidad, desarrollada con 31 bailarines a los que se ve disfrutar lo que bailan, sin mecanicismos, en zona de búsqueda. Los diseños de vestuario y escenografía son espléndidos, sucintos y entroncados con la composición global de la creación. Hay varios momentos referenciales muy claros, como cuando los metales se acercan agresivamente a Stravinski y el coreógrafo, sin disimulo, busca la rememoración plástica de la Consagración de la primavera, tanto con el grupo que suspende a la oferente como con otros solistas, a veces tangenciales y expectantes observadores de un desarrollo inevitable, de un abismo en la sustancia expresiva; también encontramos inteligentes citaciones que remiten a la herencia balanchiniana y a Forsythe.

Un bailarín del Ballet de Múnich.
Un bailarín del Ballet de Múnich.

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