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Los romanos ahorran dinero a Córdoba

El Ayuntamiento decide seguir utilizando una alcantarilla de hace 2.000 años

Bajo la calle Alfonso XIII, junto al Ayuntamiento de Córdoba, se encuentra una muestra de la excepcional ingeniería civil que los romanos dejaron en la que fue capital de la Hispania Ulterior (en época republicana) y de la Bética después (en época imperial). Se trata de una cloaca. Una alcantarilla que ha ejercido, sin interrupción y sin aparentes problemas, el cometido para el que fue diseñada y construida originalmente hace dos milenios. Y así va a seguir siendo, a tenor de la decisión del Consistorio, gobernado por Andrés Ocaña (IU).

La intención primera de los técnicos municipales que ordenaron abrir la calle era cambiar las canalizaciones de la misma, además de remodelar su acerado y pavimentado. Pero el hallazgo arqueológico paralizó los trabajos y terminó cambiando los planes. Ocaña explicó el viernes que su gobierno municipal había decidido no colocar un nuevo colector y seguir usando el romano. El alcalde también explicó que, a consecuencia de que no se instalará el colector, está previsto que las obras de acondicionamiento de la calle se adelanten en su ejecución.

La obra por la que se abrió Alfonso XIII forma parte del conjunto de intervenciones urbanísticas fruto del Fondo Estatal de Inversión Local (FEIL), y que, por ejecución de la Empresa Municipal de Aguas de Córdoba (Emacsa), destinaba 87.000 euros a la remodelación del colector. Ahora, el Ayuntamiento ha pedido al Ministerio de Política Territorial, encargado de gestionar los fondos, que dicha cantidad se incorpore a los 600.000 euros que estaban previstos para el conjunto de la intervención.

El dinero ahorrado serviría, pues, para acondicionar parte de la vía y el acerado de la calle en superficie. La otra parte de la obra sigue corriendo a cargo de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU). Ocaña espera que la respuesta llegue lo antes posible porque, entonces, se reiniciarán los trabajos parados el martes.

La cloaca romana circula por debajo de la que fue una de las calles más importantes de la urbe romana: el decumanus maximus, que seguía, en la ciudad, el trazado de la Vía Augusta. Ésta era la calzada más importante de Hispania, ya que comunicaba directamente con Roma. Y si el decumanus maximus, seguía un trazado este-oeste, la otra gran arteria cordobesa de hace 2.000 años, el cardus maximus, lo hacía de norte a sur.

El caso es que, a su paso por lo que hoy es Alfonso XIII, el decumanus conserva la calzada en muy buen estado, a casi un metro y medio de profundidad. La nueva remodelación de la calle no afectará a estas losas, pues se encuentran por debajo de la cota de intervención.

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