"Tenemos que mejorar la eficacia de los puertos valencianos"
El presidente de la naviera Baleària, Adolfo Utor, se ha convertido en la nueva voz de la patronal naviera española. El empresario llega a la presidencia de ANAVE con el convencimiento de que el transporte marítimo es un sector estratégico, capaz de generar riqueza y empleo y de ayudar a superar la crisis a medio plazo. Aboga por mejorar la eficacia de los puertos, también los valencianos.
Pregunta. ¿Qué actuaciones tiene previstas desde la patronal de ANAVE para ayudar a fortalecer el sector del transporte marítimo?
Respuesta. Es fundamental que las navieras colaboremos de forma muy estrecha con los agentes sociales y las administraciones públicas y que estas últimas perciban el transporte marítimo como un sector estratégico que tiene la necesidad de contar con empresas más competitivas. Necesitamos modificar el ámbito normativo, sobre todo la ley de puertos, e invertir más en innovación, desarrollo y formación. Nuestra aspiración es que España tenga el sector naviero que se merece, con presencia tanto en Europa como en el resto del mundo.
"La crisis ha tenido unos efectos devastadores en el flete de barcos"
"El barco se ha convertido en un destino vacacional en sí mismo"
"Aspiramos a relanzar el sector naviero en Europa y el resto del mundo"
P. ¿Cómo evalúa la patronal los efectos de la actual crisis?
R. Ha afectado sobre todo al tráfico internacional y de portacontenedores. La culpa es de la crisis financiera. En los tráficos regulares insulares o de intercabotaje los efectos han sido menores, con un descenso de un 15%, pero los fletes de barcos han sufrido un impacto enormemente devastador, con un bajón del 80%.
P. ¿Qué recetas barajan para hacer frente a esos números?
R. Tenemos que reestructurar el sector adaptándolo a las necesidades reales. Ahora mismo hay una sobreoferta de barcos y habrá que eliminar las flotas más anticuadas para que sobrevivan sólo las más modernas y competitivas. Hace unos años, cuando el mercado estaba muy caliente, en los astilleros había listas de espera tanto para la construcción de barcos como de motores, con una cartera de diez mil buques pendientes. Sin embargo, en la actualidad se está produciendo una cancelación de pedidos y pasarán años hasta que vuelva a haber demanda para construir nuevos barcos.
P. Es decir, que tenemos recesión para rato.
R. Si adoptamos criterios de eficiencia y de competitividad, en un futuro no muy lejano es posible que volvamos a estabilizar el tráfico marítimo. A lo mejor no al nivel en el que estaba antes de la crisis, pero sí en unos guarismos más que razonables. Lo importante es eliminar el desfase que existe en la actualidad entre la demanda real y el exceso de oferta.
P. Ha aludido a la importancia de que su sector colabore con la administración. ¿Qué es lo que le piden?
R. La administración ha de redactar nuevas leyes que además de primar el interés público también ayuden a las compañías navieras para que seamos más competitivos y no sólo trabajemos en España sino que exportemos nuestro modelo al extranjero. Pedimos una reforma de la Ley de Puertos, mejorar los descuentos de residentes y fomentar programas de innovación y desarrollo. Un sector naviero fuerte es imprescindible para generar riqueza y empleo en este país y por eso hemos de trabajar todos juntos y desterrar el viejo tópico de una administración que vela por defender los intereses públicos en contra de empresas con supuestos comportamientos indeseables. Son nuevos tiempos y hemos de encontrar nuevas formas que destierren los antagonismos entre empresa y administración o entre empresa y sindicatos.
P. Usted también defiende que el transporte marítimo es estratégico porque está basado en la economía real y no en la especulación.
R. Hay sectores, legítimos y necesarios, que tienen expectativas sólo a corto plazo porque están basados en la venta inmediata, como el financiero o el inmobiliario. En cambio, las expectativas del sector naviero abarcan un plazo mucho más largo, de quince a veinte años, que es el tiempo que se tarda en pagar un buque. Por eso está basado en la economía real y no en la especulación: porque es capaz de contribuir al crecimiento de una sociedad durante mucho más tiempo. Nuestro sector ha crecido mucho en los últimos años y va a seguir haciéndolo gracias a las autopistas del mar, al carácter global del mercado, a la construcción naval y a las líneas regulares. Y tiene grandes posibilidades en un país como España, con puertos en tres mares diferentes.
P. ¿Hemos sabido aprovechar esas cualidades geográficas? ¿Tenemos buenos puertos en España?
R. Tenemos puertos que están trabajando muy bien y que han sabido aguantar la crisis, como Valencia, Barcelona, Vigo o Algeciras. Sin embargo, hay otros puertos con problemas particulares que se han mostrado más ineficaces sobre todo cuando hablamos de tráfico regular o tráfico cautivo, aquel en el que hay que dar cobertura de forma obligatoria a un trayecto determinado. Ahí es necesario mejorar y ser más eficaces, sobre todo en la Comunidad Valenciana y en las islas Baleares.
P. ¿En qué medida puede contribuir el transporte marítimo a relanzar la oferta turística de este país?
R. En primer lugar, es el medio de transporte más sostenible y más respetuoso con el medio ambiente. Además, no sólo cumplimos con la finalidad de transportar al pasajero a un destino determinado, sino que el desarrollo vertiginoso experimentado en los últimos años por las autopistas del mar y los cruceros confirman al barco como una alternativa turística y un destino en sí mismo. Hoy en día, las travesías gratificantes y confortables forman parte de las vacaciones porque constituyen una experiencia única. Y son conceptos como el de turismo experiencial los que pueden contribuir a relanzar la industria turística. En este sentido, el barco es imbatible y su oferta no puede ser superada por el avión, que es su máximo competidor en este terreno.
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