Nueve tesoros bien contados

Son monumentos de gran belleza, enclavados en espectaculares espacios naturales y alejados de los centros turísticos; hablan de las creencias, la historia, el arte, el pasado militar, la vida cotidiana y la industria de la comarca prepirenaica de Sobrarbe (Huesca) y permanecen a menudo cerrados al público. Por todo ello, la ocasión de conocer y disfrutar en visitas guiadas, hasta el 31 de agosto, estas nueve joyas escondidas es excepcional.

Al programa, iniciado en 2003 con las iglesias de Santa Eulalia de Olsón, San Vicente de Labuerda, Santa Eulalia de Javierre de Bielsa y San Juan de Toledo, se han incorporado este año San Sebastián de Labuerda y San Esteban de Almazorre, así como el molino en la misma localidad; el recinto fortificado de Muro de Roda y el casco monumental de Torla.

La panorámica desde Muro de Roda, a más de mil metros y con acceso por pista desde Tierrantona -pueden circular turismos- es impresionante: Pirineos, valle de la Fueva, pantano de Mediano y el estratégico cerco murado del siglo XI, conjunto defensivo de los mejor conservados de la provincia, con dos iglesias románicas.

También en el municipio de La Fueva, al pie de sierra Ferrera, en San Juan de Toledo sólo vive una o dos familias durante el año. Su desnuda iglesia románico lombarda, de los siglos XI y XII, cuenta con pinturas murales del XVI, de brillante cromatismo.

Del mismo estilo, a San Vicente, en Labuerda, se accede por un esconjuradero, templete para ahuyentar las tormentas. Además de la belleza del ábside y la portada, hay pinturas murales y un retablo gótico dedicado a san Vicente mártir. Asimismo en Labuerda, donde confluyen el barranco de la sierra y el río Cinca, el templo de San Sebastián es gótico aragonés del XVI, con torre campanario de cinco cuerpos.

Al sur, en el Biello Sobrarbe, con desbordantes panorámicas del Pirineo, la arqueología industrial viene de la mano del molino de harina y aceite de Almazorre (municipio de Bárcabo), en la cuenca del Vero. San Esteban, románico del siglo XII, preside la villa desde su altura, igual que el Pantocrator preside las pinturas medievales y su singular atmósfera interior.

En el núcleo de Olsón, en el ayuntamiento de Aínsa, se alza Santa Eulalia, cuya sólida fábrica de un gótico tardío recibe el nombre de catedral de Sobrarbe. Su portada es un esculpido retablo en piedra, protegido por un pórtico de bóveda estrellada.

En Javierre de Bielsa, en el acceso al parque nacional de Ordesa y Monte Perdido por el valle de Pineta, la pequeña iglesia románica de Santa Eulalia, del siglo XIII, exhibe un retablo gótico consagrado a la santa titular.

Junto al mismo parque nacional, el recorrido Torla monumental parte del templo parroquial y discurre por las medievales calles de uno de los pueblos que mejor ha preservado la arquitectura tradicional del Alto Aragón.

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