Microhoo no existe, por ahora
Los cerebritos del branding ya tienen un nombre para bautizar el acuerdo comercial entre Microsoft y Yahoo!: Microhoo. La fusión de apellidos es a todas luces exagerada porque el acuerdo comercial no implica una unión de empresas. Microsoft gestionará las búsquedas de Yahoo! con las arañas de su Bing, lo que le da una base de datos muy importante para afinar los resultados, y Yahoo! controlará la mercadotecnia de la publicidad asociada a búsquedas. Al abandonar la tecnología de búsquedas, motivo fundacional de la compañía, Yahoo! asegura que podrá dedicarse a otros desarrollos, en especial la oferta de contenidos para su nada desdeñable clientela de 300 millones de visitantes únicos al mes. El pacto ha desatado el desquicio metafórico, particularmente entre los accionistas de Yahoo! que soñaban con que Microsoft llegara y sacara de la cartera 45.000 millones para comprarlo todo.
De hecho, la resistencia de Jerry Yang, el fundador de Yahoo!, a esta venta por considerar que el precio era bajo provocó su alejamiento de las máximas tareas ejecutivas. Ayer, un antiguo accionista se sorprendía porque Yahoo! "diera la leche gratis en lugar de forzar a Microsoft a comprar la vaca", a pesar de que la compañía se embolsará un nada desdeñable porcentaje sobre los ingresos publicitarios derivados del pacto.
Por esta operación, la Bolsa ha castigado a Yahoo! Si los inversores tienen razón, el más beneficiado por la operación es Microsoft, que ganará visibilidad en el universo de los buscadores y puede mermar el imperio Google. Un liderazgo que supone mucho dinero en publicidad asociada. El acuerdo entre las dos compañías es prudente, entre otras cosas, para no alarmar a las autoridades de la competencia, que recelaron del acercamiento de Google a Yahoo! tras el fracaso de la venta a Microsoft. Las dos empresas, por ejemplo, limitarán el compartir los datos de sus clientes.
El acuerdo es para 10 años, una eternidad en Internet. Lo que es un misterio es cómo evolucionará y no es descartable que, al final, los inventores del concepto Microhoo tengan más razón de la que, por ahora, aparentan tener.
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