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Reportaje:

El Gobierno se juzga a sí mismo

El único error que admite Feijóo en 100 días es no mejorar la financiación

Alberto Núñez Feijóo escenificó ayer algo tan inusual como un Gobierno que se evalúa a sí mismo. Un repentino arranque de modestia le impidió ponerse nota, pero previamente, y respaldado por todo su Gobierno, se dirigió a los periodistas, en tono solemne y durante 40 minutos, para dar cuenta de lo realizado en los primeros 100 días de Gobierno, que resumió así: "Unidad, realismo, austeridad, acción y libertad". Defectos, ninguno. Si acaso, no haber logrado la financiación autonómica que reclamaba. O, dicho de otra forma, que el Gobierno de Zapatero se la hubiera rebajado.

El acto se desarrolló en el salón noble de Raxoi, a pocos metros del mayor incensario del mundo: el botafumeiro de la catedral de Santiago. Tampoco el presidente gallego anduvo escaso de incienso. "No ha habido un mero cambio de Gobierno, sino un cambio de prioridades. La prioridad ahora son las preocupaciones de los ciudadanos", se jactó, antes de repasar muchas de las acciones de su Ejecutivo, que cuantificó en 400. La mayoría, las dio por cumplidas antes de tiempo. Es el caso, entre otras, de la Lei de Augas o de la reducción a la mitad del tiempo de espera para valorar a los dependientes, pese a que se trata de un proyecto y un objetivo que no han pasado todavía de la fase de meros informes.

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Aunque la conferencia de prensa se celebró en la sede de la Xunta y en presencia de los 10 conselleiros, Feijóo admitió implícitamente el tono partidario de su intervención. "Hace cuatro años hicimos un examen a los primeros 100 días del Gobierno bipartito", comenzó, en referencia al balance que entonces hizo el Partido Popular. "Es un ejercicio de coherencia, claridad y transparencia" hacerlo nuevamente, ahora como Gobierno gallego.

Después, llegado el turno de preguntas, los periodistas le cuestionaron al presidente si acaso no había defecto alguno en tan triunfal período. "Bueno, supongo que las hay; hay que explicar a los ciudadanos lo que hacemos, hacerlo mejor...", comenzó dubitativo. Para continuar, ya con seguridad: "No alcanzamos el acuerdo de financiación que buscábamos". Recordó, eso sí, que Galicia logró "200 millones de euros más" que los previstos, aunque esta vez ya sin hacer referencia a los 654 millones que anunció su conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, para ser desmentida al día siguiente por el Ministerio de Economía. Lo dejó en "más de 600".

Feijóo incluso adjuntó a su glorioso balance la "auténtica gratuidad" de los libros de texto, pese a que su Gobierno ha reducido al 25% la población escolar que se beneficia de la gratuidad. Hasta la derogación del decreto del gallego en la enseñanza, aplazado sin fecha, fue objeto del repaso de sus logros y su "contrato con los ciudadanos". Y sobre el incumplimiento de la promesa fiscal estrella, rebajar el IRPF a las familias que no alcancen los 18.000 euros anuales, ya en 2009 y con efecto retroactivo, apeló a la crisis. En una situación como la actual, "ningún gobierno responsable puede concretar en qué mes" se pondrá en marcha, aunque la medida "sigue en pie" ya para el horizonte de la legislatura. Al menos, el balance, perfectamente encuadernado y colgado en Internet, no dice ni una sola palabra sobre CRTVG ni sobre la elección de su director general, hasta ahora considerado de consenso por la Xunta, a pesar de que sólo contó con los votos del PP.

Como guías de la labor del Ejecutivo, Feijóo citó su intención de llegar a acuerdos "con los ciudadanos, con otras administraciones y con los demás partidos políticos". "Por este orden", apostilló. En el primer apartado incluyó el denominado plan de austeridad, derivado principalmente de la reducción de la estructura administrativa de la Xunta. Y en el segundo, acuerdos como el alcanzado con el Ministerio de Fomento para la ejecución de las obras del AVE, o con el de Vivienda para ayudas a la compra y al alquiler.

Con la mirada puesta en el bipartito de Emilio Pérez Touriño, contrapuso la existencia de "un Gobierno unido y con un fin único" con "los dos gobiernos enfrentados que tenía Galicia". Feijóo recordó la "irrealidad" de los presupuestos heredados, con el famoso "agujero" de 1.200 millones de euros, y evidenció que su Ejecutivo se propuso "terminar con vicios rechazados por la ciudadanía". Los vicios, se supone, de Touriño, al que el domingo le colgó la Medalla de Oro de Galicia "por dignificar" la Xunta.

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