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Barajas cierra dos de sus cuatro pistas por falta de controladores

AENA aduce que no halló voluntarios para hacer horas extraordinarias

El aeropuerto de Barajas operó entre las nueve de la mañana y las tres de la tarde de ayer con sólo dos de sus cuatro pistas, por falta de controladores suficientes para atender el tráfico. A consecuencia de ello, los pasajeros sufrieron retrasos medios de 40 minutos y se cancelaron seis vuelos.

AENA, el gestor público de los aeropuertos, admite que está programando los turnos de los controladores "con escenarios medios de carga de trabajo" y recurre "a las horas extra en periodos punta", según explicó en una nota. Como AENA intentó "sin éxito" que los controladores de turno aceptasen hacer horas extra, que son voluntarias, y además una persona se puso enferma, no logró el personal suficiente para atender las cuatro pistas.

El sindicato de controladores USCA matiza esa versión. Según un portavoz, hace cuatro meses la dirección de operaciones de AENA estableció que se necesitaban 25 personas en el turno de mañana para la jornada de ayer. El 1 de abril, el departamento de recursos humanos designó sólo a 21 trabajadores para ayer por la mañana. Pero dos están con permiso de maternidad, otras dos con permiso concedido por la empresa y otra más, representante sindical, había sido convocada a una reunión en Barcelona.

Así, sólo contaban con 16 personas en el turno. La empresa logró un voluntario para hacer horas extra, de modo que llegaba a 17 controladores, el número mínimo para atender tres pistas. Pero a las seis de la mañana de ayer una persona avisó de que estaba enferma, de modo que volvieron a contar con 16: sólo se podían atender dos pistas.

Además, USCA añade que había un acuerdo local en Madrid que incluía la posibilidad de cambiar turnos, pero que fue denunciado por la empresa la semana pasada.

Ayer, con configuración sur (lo que ralentiza las operaciones), sólo estuvieron disponibles la pista 18R para aterrizajes y la 15R para despegues. A las tres de la tarde, cuando entró el nuevo turno, éste sí completo, se recuperó la normalidad.El problema ocurrido ayer en el aeropuerto de Barajas se enmarca en los criterios y las condiciones con que se programan los turnos de los controladores, y por otro lado, en la falta de entendimiento de la empresa con sus trabajadores. Con los horarios pactados en convenio (que data de 1999) no se cubre el servicio, y desde hace años se recurre a ampliaciones de jornada y horas extra (ambas, voluntarias), con las limitaciones que establece la legislación.

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AENA aduce que está aplicando criterios de eficiencia en la programación y que para ayer estaban designadas 22 personas, pero admite que sólo 16 de ellas estaban disponibles para trabajar en el control durante el turno de mañana.

"Cuando en los últimos días se comprobó que faltaban personas para cubrir el turno se pidieron voluntarios para horas extra", explica una portavoz. AENA no confirmó ayer las razones de que faltasen seis personas en el turno ni desde cuándo conocía la empresa ese extremo. En la torre de Barajas están destinados en total algo más de un centenar de controladores.

La Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) asegura que el sistema de programación que AENA utiliza desde hace ocho meses abarata costes, pero a costa de fiar el funcionamiento de los aeropuertos a la voluntariedad de las personas. Además, consideran que es demasiado pedir que alguien se apunte en pleno verano a hacer horas extra cuando se les solicita con muy poca antelación. "En este caso, no hay interés en generar conflicto", explica el portavoz de USCA.

El sindicato se pone la venda al primer arañazo, consciente de que los antecedentes pueden levantar sospechas sobre la actuación de los controladores. El pasado 2 de enero, Barajas tuvo que operar también con sólo dos pistas porque 8 de los 23 controladores que debían trabajar presentaron una baja médica.

En aquella ocasión, la empresa y el sindicato admitieron que había un conflicto larvado por la reducción de horas extra (y por tanto de sueldo), y que algunos grupos de controladores irritados habían dejado de ayudar a la empresa.

Mientras, fueron los ciudadanos quienes volvieron a sufrir las consecuencias de la falta de controladores y el cierre de pistas en el aeropuerto de Barajas. Ayer estaban programados 1.335 vuelos en el aeródromo. A las siete de la tarde se habían operado 893 de los 981 previstos en el aeropuerto, con un retraso medio de 40 minutos (AENA no detalla a qué porcentaje de vuelos afectaron las demoras). Se cancelaron seis vuelos, sin efectos para los pasajeros.

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