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Entrevista:LANCE ARMSTRONG | Siete veces campeón del Tour | TOUR 2009 | 17ª etapa

"Alberto es muy, muy, muy bueno"

En Les Arcs, a 2.000 metros, donde Indurain ganó su último Tour. Habitación con vistas, vaya vistas, al Mont Blanc. Terminada la etapa de los San Bernardos, Lance Armstrong recibe, sentado en un sillón de su hotel, a una decena de medios internacionales, entre ellos EL PAÍS, el único español, para una charla de media hora. Atardecer en los Alpes.

Pregunta. ¿Cuál es su nivel en este Tour comparado con el de hace cuatro años?

Respuesta. El nivel como escalador no es el mismo que en 2004 o 2005, pero tampoco esperaba estar ahí. Aguanto bien, pero no voy tan rápido como solía. La clavícula rota no es una excusa, he tenido tiempo de recuperarme. Cambiaré mi entrenamiento en el futuro. No ha sido buena idea el entrenamiento en altura en Aspen, a 2.400 metros, demasiado tiempo sin poder pasar del 80% de mi capacidad. Y, además, las subidas no son tan empinadas como en Europa. No volveré a Aspen en junio el próximo año. Pero en las contrarreloj estoy más cerca. Alberto, de todas maneras, estuvo soberbio en Verbier, ascendió a una velocidad de 1.850 metros de desnivel a la hora, yo me quedé en 1.720, pero en cuanto a vatios yo desarrollé más, lo que me da esperanzas para la contrarreloj de Annecy.

"No conozco bien a Contador, nunca tuvimos la oportunidad de relacionarnos bien"
"El problema no son los 38 o 39 años que pueda tener. Creo que más viejo seré mejor"
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P. ¿Le gusta Alberto Contador?

R. No le conozco bien. Nunca hemos tenido oportunidad de relacionarnos bien. Nos separan la lengua, la cultura, la falta de tiempo para estar juntos.

P. ¿Ha cambiado su relación con Alberto desde el domingo?

R. No, no ha cambiado mucho desde Verbier, sigue parecida. No ha habido un momento en el que se haya producido un cambio.

P. ¿Se ha sentido herido en algún momento por su silencio hacia usted?

R. Es difícil de decir. Probablemente yo habría actuado de una manera diferente. Si me pusiera en su lugar, en 1999 o 2000, cuando era joven y ambicioso, e Indurain hubiera venido a mi equipo, él seguiría siendo el líder del equipo, ¡es Indurain! No significa que vaya a ganar, pero es el líder porque es una leyenda.

P. ¿Lo suyo respecto a Contador ha sido como si alguien regresara del pasado para quitarle la novia?

R. Alberto es duro, comprometido, testarudo. Pero así es como hay que ser en el ciclismo.

P. ¿No cree usted que subestimó a Contador cuando anunció su regreso en mitad de la Vuelta pasada? No lo citó ni una vez en la entrevista de su anuncio.

R. No. Lo primero es que no estaba planeado anunciar mi regreso durante la Vuelta, cuando él era el líder. No queríamos descentrarlo, pero una filtración nos obligó a lanzarlo. No, no le he subestimado. Sabemos que es muy bueno, muy, muy bueno. Como reconocí después de la contrarreloj por equipos, no di el valor suficiente a los corredores del último Tour, fui injusto juzgando a Sastre y Vande Velde, entiendo que se mosquearan y ya les he pedido disculpas por ello. Pero Alberto... viendo su velocidad en la Vuelta, viendo cómo ganó el Giro sin haberlo preparado, llegando de vacaciones, eso no es una cosa fácil, en absoluto. Y Johan [Bruyneel] tiene la experiencia para ver cómo madura, cómo ha mejorado en las contrarreloj.

P. ¿Ya sabía entonces que sería su mayor rival para la victoria?

R. Sí, sí que lo sabíamos, sí. Y lo que hizo en Verbier no fue simplemente bueno, fue realmente bueno. Muy, muy bueno, casi imposible.

P. ¿Tan bueno como usted en 1999?

R. Muy rápido. Más que yo, casi como Pantani, que subía mejor que yo y que en aquel Giro escalaba a casi 2.000 metros por hora.

P. ¿Le ve en el futuro en el mismo equipo que usted?

R. No lo sé aún. Hay asuntos técnicos, de contrato con los kazajos. No sé.

P. Pero es difícil imaginar a ambos en el mismo equipo el próximo año.

R. Entiendo lo que quiere decir, pero habrá que esperar a ver.

P. En el nuevo equipo que está montando con Bruyneel, ¿asumirá más funciones que la de corredor?

R. No, seré simplemente uno de los dueños, pero no entraré en la gestión. No tengo experiencia.

P. ¿O sea, es una inversión económica?

R. Estoy corriendo gratis ahora, esto no tiene nada que ver con el dinero.

P. ¿Ha tenido ofertas de otros equipos?

R. No, y supongo que será que nadie se ha atrevido a acercarse, sabiendo lo cercano que estoy a Johan. Nunca correré para ningún otro director. Nunca.

P. ¿Se sintió mejor en el Petit Saint Bernard que en Verbier?

R. En Verbier cometí el error de responder rápido a todos los ataques, que me sacaron de punto. Pero en el Saint Bernard elegí dejarles irse y esperar a que alguien viniera desde atrás a llevarme adelante con pequeñas aceleraciones. Pero nadie vino, así que tuve que hacerlo solo.

P. ¿Cómo se sintió interiormente tras Verbier?

R. Bien, bien. No sé por qué, cuando regresé al hotel la gente esperaba verme maldecir, estar triste. Pero no fue eso, lo hice lo mejor posible. No fue tan horrible. No fue la primera vez que me pregunté para qué había vuelto a correr. Desde que volví sabía que iba a ser más duro de lo que esperaba. Sí, he ganado siete Tours, y nadie lo ha hecho, pero ganar el Tour a los 38 años también sería algo inaudito. Hay que entenderlo y respetarlo.

P. ¿Cómo habría reaccionado hace 10 años?

R. Habría mordido, habría sido horroroso.

P. El primer día de descanso dijo que no firmaría por una plaza en el podio, ¿lo haría ahora?

R. En la cima de Verbier ya dije que me daría con un canto en los dientes si acabara segundo.

P. ¿Quiénes le pueden sacar del podio?

R. Me está sorprendiendo Wiggins, pero temo más a Andy Schleck, que será más agresivo en lo que queda de montaña.

P. ¿Cree que su regreso, la necesidad de batirle, ha sido una motivación extra para Contador, que ha ganado ya tanto que puede que esté saciado?

R. ¿Saciado, Alberto? No, no creo, está realmente hambriento. Lo de la saturación es para la gente que se acomoda, que se vuelve perezosa, no para Alberto.

P. ¿Puede derrotar a Alberto, de todas maneras?

R. Creo que este año no, Alberto está súper, y estoy seguro de que rendirá igual de bien en la contrarreloj. Si evita cometer errores, que estoy seguro de que los evitará, nadie puede batirlo. El próximo año... Es otra historia. Este año, además, era más difícil porque compartimos equipo, tengo que respetarlo, no puedo atacarle, no puedo explotar sus malos momentos, si los pasa, pero si estuviera en otro equipo...

P. ¿Estará más fuerte en 2010, entonces?

R. Creo que sí. El problema no es la edad, sino los años que he estado inactivo, los tres años que hacía que no competía desde 2005. Al volver al pelotón era el primero en frenar en caso de duda, ahora soy casi el último, pero me faltan automatismos, el ritmo de competición, la recuperación... El problema no son los 38 o los 39 años que pueda tener. Así que creo que más viejo seré mejor.

P. ¿Lamenta algo de este Tour, aparte de no ganarlo?

R. Me sentó un poco mal no haber logrado vestirme de amarillo en Andorra. Habría sido una gran historia. Y la táctica del equipo habría cambiado, no lo habríamos regalado el día siguiente a Nocentini o a quien fuera.

P. ¿Fue un alivio Verbier, el comprobar finalmente que también podía ser derrotado?

R. Fue un alivio en el sentido de que finalmente encontré una respuesta a muchas incógnitas, a mi capacidad, a lo que podía hacer.

P. ¿No es una gran experiencia saber que no es perfecto, que no siempre ganará el Tour?

R. Bueno, ya vi algunas señales en el prólogo, en Andorra. Alberto estuvo muy bien.

P. ¿Nota una fractura cultural en el pelotón entre anglosajones y países ciclistas más clásicos, como italianos y españoles?

R. Lo que noto es al pelotón más cerca de mí este año. Me siento más ligado a los corredores. En la anterior etapa todo era pura relación laboral, no hablaba con nadie y nadie se atrevía a hablar conmigo. Y decía a los del equipo que no hablaran con nadie, a menos que tuvieran un intérprete de francés. Es diferente ahora. Me siento más parte del pelotón. Tengo una gran relación con los Columbia. No hablo mucho con los franceses, no por ellos, los ciclistas, que son buenos, sino por los directores, que parece que aún viven en los 70.

Armstrong, tras cruzar la línea de meta de la etapa de ayer.
Armstrong, tras cruzar la línea de meta de la etapa de ayer.EFE

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