Música en las entrañas de la tierra

Joan Manuel Serrat sólo necesitó la compañía de su inseparable pianista Ricard Miralles y de una guitarra para hacerse con el público que abarrotaba las 833 localidades de la Sala Ballet de la Cueva de Nerja en el concierto que el pasado martes inauguraba la 49ª edición del festival, que se celebra en la gruta hasta el próximo domingo. En esta sobrecogedora sala de impronta catedralicia iluminada tenuemente, el cantautor catalán desplegó todo el saber acumulado durante su larga carrera y cautivó a los espectadores alternando la entonación de sus más conocidas canciones con ratos de divertidos monólogos que la grada celebró con risas y fuertes ovaciones.

Así fue desde el inicio hasta el final. Serrat rompió el hielo con Cantares y las estrofas de Antonio Machado sonaron diferentes al cobijo de la cueva. Después sorprendió con la hermosa De vez en cuando la vida, tema con el que calentó al público, algo aterido por el brusco cambio de temperatura que experimentó al bajar a la Sala Ballet.

Con sus seguidores ya entregados, Serrat se descolgó con un hilarante monólogo que le sirvió para introducir Si hagués nascut dona, canción homenaje a las mujeres en la que narra la decepción que se llevó su madre cuando él nació y vio que no era una niña, "como ella siempre sostuvo que iba a ser", evocó divertido Serrat, quien arrancó las carcajadas del público al recordar la "infancia en color de rosa" que tuvo por la cerrazón inicial de su madre a aceptar su condición de varón.

Penélope, Mediterráneo, Aquellas pequeñas cosas y otros de sus imprescindibles éxitos sonaron entre las paredes kársticas de la Cueva de Nerja en un concierto, el primero de Serrat en este impresionante capricho de la naturaleza, que ya forma parte de la historia de este veterano festival.

Un certamen que, como cada año, agota las localidades. Esto quedó patente una hora antes de la actuación de Serrat, cuando la multitud aguantaba paciente la apertura de las taquillas. Ante una de las ventanillas María del Carmen Rodríguez, María Pastor y su hermana Eusebia habían resuelto ya su plan para toda la semana. Estas tres vecinas de Rincón de la Victoria asiduas del festival repartían, sobre en mano, las entradas para el resto de las actuaciones. "Hemos sacado para

[Josep] Carreras y para el Ballet de la Ópera de París, porque ver un espectáculo de danza en el marco de la cueva es una gozada, incluso si te toca una estalactita en medio", explicaba María del Carmen, algo contrariada por no haber incluido en la compra a Miguel Poveda, que ofreció un recital flamenco ayer noche colgando el cartel de completo en la Sala Ballet. "Sé que canta muy bien flamenco, pero mis amigas no lo conocían como yo y por eso no hemos reservado la entrada", se lamentaba.

Aun así, estas tres amigas estaban ansiosas ante la ocasión de ver a Carreras esta noche. El tenor catalán, acompañado de la soprano Ofelia Sala y Lorenzo Bavaj al piano, llega con un repertorio en el que serán mayoría las canciones napolitanas, aunque habrá tiempo también para números de zarzuelas como La canción del olvido.

Mañana y el sábado, la Salla Ballet hará honor a su nombre y acogerá a las estrellas y solistas del Ballet de la Ópera de París y de la Nafas Dance Company, que han elaborado un repertorio, tanto clásico como contemporáneo, en el que habrá música de Mozart, Bizet, Donizetti o Chopin, entre otros.

El cierre del festival el próximo domingo correrá a cargo de la bailaora gaditana Sara Baras, que interpretará junto a su compañía de ballet flamenco el espectáculo V Centenario de Juana la Loca. El montaje coincide con el quinto centenario de la reclusión de este personaje histórico en el castillo de Tordesillas, donde pasó los últimos 46 años de su vida.

EN LA CUEVA DE NERJA (CARRETERA DE MARO, S/N). TODAS LAS ACTUANIONES A LAS 22.00. PRECIO DE LAS ENTRADAS: 50 Y 60 EUROS.