Gran recital de Stutzmann en el Hostal dos Reis Católicos
La capilla del Hostal dos Reis Católicos, en pleno casco antiguo de Santiago, acogió el pasado domingo un recital en el que Nathalie Stutzmann volvió a demostrar su gran calidad vocal y musical con una soberbia versión del Schwangesang de Schubert. Su voz redonda expresiva y su gran musicalidad dieron el carácter más adecuado a cada pieza de este Canto del Cisne del músico vienés.
El sentimiento que imprimió a la célebre Ständchen (Serenata), los descensos al registro grave In de ferne, la fuerza de Am Meer o el dramatismo de Der Doppelgänger, dotaron a este falso ciclo de un buen sentido unitario. Antes, Inger Södergren, había creado ambiente con su versión de la Klavierstücke D 946, op. Posth.
El concierto El héroe que ríe, la otra cara de Beethoven mostró un Beethoven desenfadado y hasta divertido en varias piezas corales breves y entretenidas. Sus sinfonías número uno y número ocho encajaban bien en el carácter relajado del programa, pero tocar sólo los dos movimientos iniciales no tiene sentido y poco tienen de risueño las oberturas de Coriolano e, incluso más, la de Egmont.
La interpretación de Federico Maria Sardelli en la capilla del Hostal dos Reis Católicos, muy bien secundado por la Real Filharmonía, tuvo toda la limpieza de líneas y ejecución de un avezado intérprete historicista. Pero, por la acústica del local, hubo también desequilibrios dinámicos con predominio excesivo de los instrumentos graves sobre los agudos, de los metales sobre el resto y de un desmesurado timbal sobre todos.
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