Los grandes valores frenan las subidas

La racha alcista de la Bolsa española se vio frenada en esta última sesión ante la reticencia de los inversores a tomar posiciones en algunos valores que consideran caros. El parón lo sufrieron principalmente los grandes valores bancarios y Telefónica, aunque, en realidad, los inversores "pasaron lista" y dejaron a un lado muchos de los valores de los que piensan que han agotado su recorrido. No en vano, el nivel de los 10.000 puntos del Ibex 35 era una meta anual que apenas hace tres meses se consideraba demasiado optimista.

El Ibex 35 cedió el 0,20%, para quedar al cierre de la sesión en 10.122,20 puntos, no sin antes dejar un máximo intradía en 10.222,70 puntos obtenido en las tres primeras horas de la sesión.

Los resultados empresariales que se publicaban en Estados Unidos parecieron afectar más a los inversores españoles que a los de aquel país. La amplia batería de datos negativos que dejó esta sesión fue la causa de la pérdida de gas del mercado de valores español, que el final fue el único de Europa que cerró en negativo.

La inversión juega a muy corto plazo y, en esta ocasión, se curó en salud al tratar de anticiparse a la reacción que esperaba de la Bolsa de Nueva York, en donde parecían tomarse las cosas con bastante más calma. A media sesión, el índice Dow Jones de valores industriales se mostraba muy estable y aún conservaba el signo positivo en su trayectoria anual.

Los confusos datos sobre las ventas al por menor en las últimas semanas, que subían o bajaban, según las fuentes, apenas distrajeron la atención del avance del índice de actividad empresarial de la Fed de Chicago, que, aunque todavía en terreno negativo, registró un importante avance respecto del mes anterior.

La evolución del mercado español en esta jornada, en la que abandonó la tendencia del resto de las plazas europeas, parece ser una simple reacción a la demasiada altura de muchas cotizaciones. No en balde, el Ibex 35 acumula una subida anual de más del 10%, mientras que otros índices como Euro Stoxx 50, en el que figuran las mayores empresas de la zona euro, no llega al 3%. La ausencia de dinero en estos niveles podría considerarse como una prueba para medir la estabilidad de las cotizaciones una vez cumplidos algunos objetivos.