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Reportaje:

Taekwondo en el tercer ciclo

Rebeca Mariño compagina el deporte con los estudios de doctorado

Cuando Rebeca Mariño detalla lo que le espera en los próximos meses dan ganas de pedirle que se coja unas buenas vacaciones. No hace falta. Esta semana comienza 10 días de relajo antes de incorporarse a la concentración de la selección española de taekwondo en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, en Barcelona. Del día 31 de julio hasta que el 18 de octubre finalice el Mundial de la modalidad, en Copenhague, tan solo disfrutará de una semana de receso. No será la única exigencia.

Durante ese tiempo ultimará su doctorado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte para obtener el Diploma de Estudios Avanzados y acabará de preparar la tesina del Máster de Gestión y Administración Deportiva en el que ha estado enfrascada durante los últimos meses, un periodo en el que ha tenido tiempo de participar y ganar un Campeonato de España o viajar con la selección a Azerbaiyán a la Copa del Mundo por equipos y la Copa del Mediterráneo en Rabat, donde fue medalla de plata. Acaba de regresar de Belgrado, de la Universidad.

"Tengo planes en la cabeza: me gustaría trabajar a nivel federativo"
"Si entreno por la mañana, estudio y hago los trabajos por la tarde"

Su agenda se reescribe cada día en un trajín que podría colmar la moral de cualquiera. "Fui previsora y llevé los estudios al día porque en la competición vas ganando y nunca sabes hasta dónde vas a llegar", explica. El máster, organizado por la Complutense en colaboración con el Comité Olímpico Español, le obligó a desplazarse cada cuatro semanas a Madrid, pero le ha abierto una posibilidad de futuro que no desdeña porque trabaja en una propuesta de organización de eventos deportivos.

"La estoy preparando sobre la base de mi deporte. Tengo planes en la cabeza: me gustaría trabajar a nivel federativo", apunta Mariño, que percibe margen de progresión en Galicia para el taekwondo, un arte marcial de origen coreano, olímpico desde el 2000 y que llama la atención por sus espectaculares técnicas de combate. "Antes estaba más introducido el yudo en los colegios y puede que así siga siendo en algunos centros del norte de Galicia, pero en la zona de Vigo y Pontevedra predomina más el taekwondo. Además, son bastantes los gimnasios en los que se practica y en los que hay paridad de hombres y mujeres", asegura.

Aumenta el número de practicantes y sube el nivel. Galicia es una referencia en la nación en la modalidad. Una compañera de Mariño, Estefanía Hernández, acapara galardones. El ayuntamiento coruñés acaba de reconocerla como deportista herculina del año. Con 23 años ya ha tenido que pasar cuatro veces por quirófano, ser campeona de Europa y traerse el oro desde la Universidad. Demuestra también que es posible compaginar estudios con alto rendimiento deportivo, una capacidad que le acaba de reconocer a Rebeca Mariño la Universidad de Vigo con el Premio a la Excelencia Deportiva, distinción que considera los resultados en las canchas y en las aulas. "Es laborioso y muchas veces te comes la cabeza, pero el deporte se acaba y nosotras no somos futbolistas o tenistas. Además, en cualquier momento puedes sufrir una lesión y se acaba todo", describe antes de restar importancia a su día a día.

Durante el curso vive en Pontevedra. Allí se suceden largas jornadas en el Centro de Tecnificación Deportiva de la Xunta de Galicia al que llegó hace cinco años. "Si entreno por la mañana, estudio y hago los trabajos por la tarde, y al revés. También encuentro tiempo libre aunque los fines de semana son prácticamente para el taekwondo. Las últimas vacaciones de Semana Santa me las pasé en México en una competición, pero para mí el deporte es un hábito y entrenar es como comer. La clave es concentrarse, no dejarte llevar".

Sabe que muchos deportistas lo hacen y que, seguramente, esa decisión tiene que ver con los ingresos que les proporciona la práctica deportiva. Nadie en Galicia se llena el bolsillo con el taekwondo, pero Mariño cree que nada cambiaría si sucediera lo contrario. "Muchos futbolistas jóvenes no se plantean seguir con los estudios cuando empiezan a ganar una buena cantidad de dinero. Es cosa de ellos".

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