Houston, tenemos un problema
Una lesión en un pie amenaza la carrera de Yao Ming y desestabiliza la NBA
"Houston, tenemos un problema". La manida frase de John Swigert, uno de los astronautas del Apolo XIII, se repite desde la ciudad texana hasta Pekín. El problema, esta vez, se localiza en el pie izquierdo de Yao Ming. Resulta que el gigante de la NBA, de 2,29 metros de altura, tiene los pies de barro. No acaba de sanar y, tras numerosas consultas y de acuerdo con los médicos de los Rockets, ha decidido cortar por lo sano. O lo que es lo mismo, someterse a una delicada operación en la que le graparán el hueso y le bajarán el arco del pie para quitarle presión cuando tenga que apoyar sobre él sus 140 kilos de peso.
Le garantizan a Yao que de esta manera quedará resuelta de una vez por todas la lesión y que podrá volver a jugar sin problemas. Eso sí, tendrá que pasar un año entero antes de que pueda regresar a las canchas. Un drama. Yao Ming no es un deportista cualquiera. Se trata de un icono del deporte chino, decididamente afligido por la mala pata de sus más grandes figuras dados los males que acosan también a su mejor atleta de todos los tiempos, el saltador de vallas Liu Xiang.
Los problemas acosan al otro icono del deporte chino, Liu Xiang
La importancia de Yao Ming trasciende a los Rockets. Con él han conseguido por primera vez desde 1997 pasar una ronda en los playoffs y han sido los únicos esta temporada que han forzado ante los Lakers, el campeón, los siete partidos posibles. Sin él, sin Trady McGrady, también lesionado, y sin Ron Artest, que ha preferido recalar precisamente en los Lakers, se adivina una temporada muy complicada para los Rockets. Han contratado para reforzarse a Trevor Ariza y al pívot del Barcelona, David Andersen.
Pero no sólo tiembla el equipo de Houston. Tiembla toda la NBA. Porque Yao Ming es la figura que mejor representa las ansias de globalización de la mejor Liga de baloncesto del mundo. En 2002 se convirtió en el primer jugador internacional que, sin haber pasado por una universidad estadounidense, era elegido en el primer puesto de un draft. En Estados Unidos y en China su popularidad corrió paralela a su meteórica carrera. El muchacho debilucho y enclenque que en 1998 visitó un campus de verano en San Diego invitado por una multinacional de la NBA, se fue convirtiendo en uno de los pívots más dominantes del campeonato pese a sus evidentes lagunas en cuanto a carácter y agresividad se refiere. Tras siete años de carrera en la NBA acredita 20 puntos y 10 rebotes de media por partido y una intimidación a la que sólo se puede comparar la del feroz Shaquille O'Neal. Percibe 11,5 millones de euros por temporada en concepto de ficha anual pero sus ganancias se disparan por encima de los 40 millones de euros si se añaden los ingresos que percibe por parte de varias multinacionales.
Los males de Yao Ming empezaron hace un año y medio cuando sufrió una grave lesión en el pie. Los médicos de los Rockets le recomendaron que no disputara los Juegos Olímpicos. Pero la cita era en Pekín. Yao Ming se lo tomó como un desafío personal. Recurrió a todo tipo de médicos y se rumoreó incluso que a la acupuntura para llegar a tiempo de competir en la cita olímpica. Lo consiguió y además llevó la Antorcha Olímpica hasta la Plaza de Tiananmen y la bandera china durante la ceremonia de inauguración de los Juegos.
Visto en retrospectiva, es probable que Yao Ming se haya arrepentido de aquella decisión. Ahora no está en peligro la temporada. Peligra toda su carrera. A sus 28 años, se supone que todavía le queda mucha cuerda. Los médicos explican que no sólo le van a corregir la fractura sino que van a favorecer que los mecanismos del pie le reduzcan el estrés que sufre el hueso y tenga más garantía de no volver a lesionarse.
Le recomiendan que se fije en el lituano Zydrunas Ilgauskas, el pívot de los Cavaliers, que lleva ya ocho temporadas compitiendo después de haber sido sometido a una operación similar.
"Sé que me queda por delante una gran cantidad de trabajo de recuperación, pero estoy también convencido de que la voy a conseguir al ciento por ciento con éxito y de que volveré a jugar", dice Yao Ming. Houston, China y la NBA así lo esperan. No hay otro como él.
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