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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Simon Vinkenoog, poeta defensor del 'cannabis'

Escritor, poeta, artista y defensor de la legalización de las drogas blandas. Simon Vinkenoog, conocido en Holanda como El embajador literario de la marihuana, falleció el 12 de julio de un ataque al corazón, justo una semana antes de cumplir 81 años. El autor de la novela Amor o del poemario Puro placer llevaba enfermo un tiempo. Le amputaron una pierna hace un mes, y Vinkenoog lo describió como una "experiencia", una seña de su carácter optimista.

Sus fotografías y pensamientos más recientes, la vivencia de su enfermedad incluida, se mantienen en su página web (www.simonvinkenoog.nl). Un blog que el poeta utilizaba también como diario. En él escribió que fue en 1959 cuando "saboreó" su primer LSD o que desde hacía más de 20 años compartía su vida con Edith, su sexta esposa. El literato era capaz de describir a sus seguidores cosas tan cotidianas como la factura de una compra, en la que se aprecia un gasto de más de 60 euros en vino, whisky, ron y otras bebidas.

Nacido en julio de 1928 en Ámsterdam, Vinkenoog vivió de adolescente la II Guerra Mundial y la ocupación nazi. Como muchos de su generación, al acabar la guerra se trasladó a París, años en los que empezó a adentrarse en el mundo literario. Enamorado de su país natal, al poco tiempo regresaría a Holanda. Su primer libro de poesía, Traumatic Fever, apareció en 1950. Un año más tarde su antología Atonal contribuiría a dar un empujón al movimiento literario holandés de los años cincuenta, un grupo de escritores y artistas que rechazaban las perspectivas artísticas de sus predecesores.

Delgado, con una media melena canosa y despeinada, solía hacer recitales de su poesía siempre con un cigarrillo entre sus dedos. Vinkenoog fue muy reconocido, principalmente en su tierra, por la calidad y agilidad de su prosa, pero también por su apoyo público a las drogas blandas.

Seis semanas en la cárcel

En 1965 pasó seis semanas en la cárcel por posesión de marihuana, una sustancia que consumiría hasta su muerte y a la que le dedicó títulos como How to enjoy realitity (1968). Su grado de implicación por la causa llegó a la política, y en las elecciones generales holandesas de 2006 su nombre figuraba en las listas de un pequeño partido que promovía la legalización del cannabis -partido que no obtuvo ningún escaño en el Parlamento-. Una de sus últimas apariciones fue en 2007, cuando apoyó una manifestación en contra de la prohibición de las setas alucinógenas.

Nombrado poeta del reino de Holanda en 2004, Vinkenoog deja publicados una veintena de libros, el último de ellos una traducción de los poemas de su amigo Allen Ginsberg en 2001. Después Vinkenoog siguió escribiendo, pero sus reflexiones y poemas se pasaron al mundo virtual quedando plasmados en su web, que escribía desde su casa situada al norte de Ámsterdam en medio de la naturaleza. Desde allí liberaba su alegría y creatividad cada día de su vida "sin televisión, ni radio, sólo los papeles del ayer. Es un mundo hermoso en el que vivimos, he dejado de sentirme alienado, me he convertido en el Adán original, viviendo cada aliento de acuerdo con su dirección: me muevo con la corriente, dondequiera que el viento sople".

Simon Vinkenoog.
Simon Vinkenoog.EFE

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