Regreso al futuro de 1959
El proyecto 'Kind steps' rinde homenaje a un año decisivo en la historia del jazz
Los responsables de Jazz no Parque, el festival de Serralves, querían "algo nuevo" y se lo pidieron al baterista y productor portugués Mário Barreiros. "Al principio se nos ocurrió hacer algo con los 50 años de Kind of blue [de Miles Davis] y Giant steps [de John Coltrane]", señala. "Enseguida pensé en Abe Rábade para los arreglos y Perico Sambeat para el saxo alto en la grabación".
Al final, el proyecto se llamó Kind steps, pero el repertorio,que ayer se presentó en el compostelano Dado Dadá -hoy tocan en el Auditorio de Serralves- incluye nueve temas de otras cuatro grabaciones más o menos seminales del jazz contemporáneo, todas de 50º aniversario. Además de los ya citados, The shape of jazz to come (Ornette Coleman), Cannonball takes charge (Cannonball Adderley), Anatomy of a murder (partitura de Duke Ellington para la película de Otto Preminger) y Mingus Ah Um (Charles Mingus). Mañana y pasado graban en los Boom Estudios de Gaia, y en octubre, si no hay desacuerdos de última hora, el disco será editado en Universal.
Están Miles Davis, Coltrane, Coleman, Cannonball, Mingus y Duke Ellington
"Intentamos dar un paso más; los pasos de gigante los dieron ellos"
El sexteto, como el de Davis hasta que Wayne Shorter sustituyó a Coltrane, de Kind steps lo forman músicos de Nueva York, Portugal, Valencia y Galicia: Avishai Cohen (trompeta), Ben Van Gelder (saxo alto), Jesús Santandreu (saxo tenor), Carlos Barreto (contrabajo), Barreiros y Rábade, que escribió los arreglos en diciembre. Para el pianista y compositor santiagués, enfrentarse a algunas referencias del fronstipicio del jazz tiene una ventaja actual: "En un extremo podríamos situar a Duke Ellington y en otro a Ornette Coleman, pero en ese momento los seis músicos son artistas post be-bop. Quizás Coleman y Mingus pudieran parecer más avanzados entonces, pero hoy estas músicas ya fueron asimiladas. Hay diferencias, pero no ambigüedades".
Con todo, reconoce, cuando Barreiros le contó su idea enseguida pensó que el tema era "serio", más allá de tratar con algunas "piedras filosofales" del jazz moderno. El Coltrane de Giant steps no es todavía el músico trascendental de los 60, pero Kind of blue, uno de los discos más famosos de la historia del jazz -cuatro millones de copias vendidas, más que ningún otro disco de jazz acústico-, sí es un trabajo fundamental en la discografía de Miles Davis. El trompetista y sus músicos -Coltrane, Bill Evans, Wynton Kelly, Paul Chambers, Jimmy Cobb y Cannonball Adderley- lo grabaron en 10 horas en el famoso estudio neoyorquino de Columbia, sobre los pilares de una antigua iglesia armenia. Además de la edición conmemorativa, los homenajes que empiezan en Kind of blue se suceden desde comienzos de año en Europa y Estados Unidos, con tributos personalizados como el que organizan el baterista Jimmy Cobb, único superviviente de las sesiones del Kind of blue, y el trompetista Wallace Roney.
De entrada, no es una cuestión de respeto, dice Rábade: "No puedes hacer un remedo, sino intentar extraer la esencia de los temas y adaptarla a los tiempos". Los ritmos tradicionales africanos que imperaron hasta el fin de las big bands (relajación-tensión, o tensión-relajación-tensión) empezaron a descuajarse en esa época, que todavía no anunciaba las innovaciones rítmicas posteriores. Y la estructura modal que sí anunciaba Kind of blue, con las improvisaciones basándose en escalas antes que en cambios de acordes -añadiendo imprevisibilidad a cada solo- todavía era vanguardia: "Kind of blue da lugar al jazz modal, pero el que rompió ataduras respecto a las estructuras armónicas y rítmicas fue Coleman". En The shape of jazz to come, muy controvertido en su época, está el germen de posteriores jam sessions temáticas y la improvisación a todo volumen del último free jazz.
Los artífices de Kind steps nunca se plantearon inventar una textura que unificase músicas tan dispares. Davis y Coltrane ya eran disímiles en el quinteto de Kind of blue, recuerda Rábade con humor: "Coltrane le preguntaba a Davis qué podía hacer, porque le costaba mucho dejar de tocar. 'Quita el saxo de la boca', le dijo Miles". Para un devoto de Coltrane como Jesús Santandreu, la aportación de su sexteto se basa "en el conocimiento de adónde nos ha llevado el jazz en las últimas décadas". "Los temas se reconocen e intentamos dar un paso más", apunta. "Los pasos de gigante los dieron ellos".
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