Los ganaderos endurecen sus protestas "provocados" por la actuación policial

El plan marcado era protestar ante las grandes superficies comerciales de origen francés, pero a los ganaderos se les complicó el día. Más de una decena de furgones de antidisturbios cerraron ayer la salida del mercado de ganado de Amio (donde se concentran desde el lunes más de 2.000 vehículos agrarios) a los tractores que, en pequeños grupos, pretendían bloquear el comercio en siete puntos de distribución de Compostela que, denuncian, venden leche francesa por debajo del coste de producción. Durante todo el día de protestas, los ganaderos estuvieron pendientes de Madrid. Allí, a última hora de la tarde sindicatos, industrias y distribución, reunidos por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, firmaron un acuerdo para fijar, a través de los contratos homologados, un precio de referencia para la leche.

"Si no dejan manifestarse, acabas haciendo barricadas"

En Lugo, 2.000 tractores colapsaron de nuevo la ciudad

Pero, por la mañana, la tensión se disparó y, en su tercer día de protestas, los ganaderos cortaron el tráfico en la circunvalación de Santiago, a la altura del polígono empresarial Costa Vella, quemando señalizaciones de la carretera y un carro de la compra. Los bomberos intervinieron para apagar el fuego y limpiar el firme y los antidisturbios se bajaron del furgón para dar salida a la decena de vehículos que se quedaron atrapados en la carretera. Eso sí, trabajaron entre los aplausos y los gritos de "guapos" con los que los obsequiaron los ganaderos.

"Está ocurriendo lo que tenía que ocurrir, si no dejan manifestarse al final acabas cortando la carretera y haciendo barricadas", expresó el secretario de organización de Xóvenes Agricultores, Tomás Díaz. Minutos antes, Javier Iglesias, de Unións Agrarias, avisaba de que si la Administración no actuaba y no visibilizaba un cambio de actitud, endurecerían sus protestas. El corte de tráfico, que mantuvo los accesos del norte de la ciudad bloqueados durante casi dos horas, se complicó cuando los ganaderos quisieron vaciar un camión de Leche Río que circulaba por la autovía al aeropuerto. Los antidisturbios cargaron entonces contra los ganaderos y uno de ellos tuvo que ser trasladado al Complejo Hospitalario de Santiago por un golpe en la cabeza. Era la segunda carga policial del día. Horas antes los roces se produjeron ante el Maxi Día del polígono, que como el cercano Lidl, cerraron sus puertas. Parte de los manifestantes acompañados por la secretaria general del Sindicato Labrego Galego, Carmen Freire, marcharon hasta MercaGalicia, donde está el centro de distribución de Día. Allí bloquearon también la actividad logística del recinto hasta las seis de la tarde.

Los representantes de los sindicatos agrarios dijeron no entender por qué la Subdelegación del Gobierno de A Coruña no permitió una manifestación que fue comunicada a la Delegación del Gobierno. Así, desde Xóvenes Agricultores barajaban "plantarle una denuncia por secuestro" en una actuación que Iglesias tachó de "inconstitucional".

Por la tarde, los ganaderos, escoltados por furgones de antidisturbios, caminaron, cortando de nuevo el tráfico, hasta el barrio de San Lázaro con la intención de llegar hasta el edificio de la Xunta en San Caetano, que fue frustrada por la presencia policial.

En Lugo, se esperaban unos 1.000 tractores en la segunda tractorada, pero se vieron pacíficamente desbordados. Al final fueron más de 2.000 los ganaderos que, otra vez, dejaron aislado el casco histórico mientras hacían sonar sus cláxones por la ronda de la muralla, para reivindicar un precio digno de su producto en origen. Cargados de razones, se dirigieron hacia el centro de la ciudad. Los ganaderos fueron fieles a la consigna de realizar el trayecto lo más rápido posible, "para no aburrir a la ciudadanía", pero necesitaron casi tres horas para completar el recorrido.

Todos en Lugo y Santiago tenían ayer un ojo en Madrid. El secretario general de Xóvenes Agricultores, Francisco Bello, se mostró satisfecho al término de la reunión porque, explicó, se firmó un acuerdo por el que el ministerio se comprometió a incentivar y garantizar que se respeten los contratos lácteos con controles y con un precio de referencia que tendrá en cuenta a los que se vende la leche en otros países de la Unión Europea. El preacuerdo, que se firmará el lunes, recoge además que las empresas de distribución deberán indicar el país de procedencia de la leche. Ahora, dice Bello, queda el caballo de batalla de las ayudas directas en las que deberán entrar Xunta y Estado.