Vomitando a 300 por hora
Stoner ha corrido las tres últimas carreras del Mundial de MotoGP con gastritis y anemia
La primera curva del circuito estadounidense de Laguna Seca es una especie de tobogán ciego que los pilotos de MotoGP toman a más de 260 kilómetros por hora, un punto en el que los hay que llegan a despegar del suelo. "Sientes que el estómago se te encoge", asegura Jorge Lorenzo. "Es como cuando vas en coche y tomas un cambio de rasante bastante rápido", explica el mallorquín.
Menos detalles sobre sus sensaciones dio Casey Stoner. Según han confirmado las pruebas a las que se ha sometido en Estados Unidos durante una semana, el australiano disputó las tres últimas carreras [Montmeló, Assen y Laguna Seca] con una gastritis a cuestas, que le dejó anémico y le hizo correr grogui -incluso llegó a reconocer haber vomitado dentro del casco-. Aun así, sacó fuerzas y cumplió (dos podios y una cuarta plaza). El problema es que este fin de semana se celebra el Gran Premio de Alemania, en Sachsenring, y sigue enfermo.
Además de sus dolencias estomacales, el motorista aussie también arrastra dolores en las costillas como consecuencia del trompazo que se dio durante la sesión de clasificación del sábado, al salir escupido de su Ducati y estrellarse violentamente contra el suelo. Con ese panorama, no parece fácil que Stoner, campeón del mundo de MotoGP hace dos años, pueda entrar en la gresca que prometen Valentino Rossi, Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa.
"Todavía no estoy recuperado del todo", reconoce el motociclista australiano; "ahora mismo el mayor problema que tengo son las costillas, que me duelen mucho debido al último accidente". Y vaticina: "Estoy preparado para afrontar otra carrera muy complicada".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.