Saliendo del callejón
El indicador estrella de la semana ha sido el IPC de junio, aunque tenemos información importante retrasada de la semana anterior que merece una atención especial. Me refiero a la contabilidad trimestral no financiera de los sectores institucionales (CTNFSI) del primer trimestre, que nos ofrece información acerca de las rentas generadas por los hogares, empresas y administraciones públicas, de cómo cada uno de estos sectores ha utilizado estas rentas y, en consecuencia, cuál es su capacidad o necesidad de financiación (superávit o déficit) en cada periodo. Estos datos completan a los de la contabilidad nacional trimestral (CNTR) que publicó el INE el 20 de mayo, que recogen, a nivel nacional, la evolución del PIB, los agregados de la demanda, oferta y rentas, el empleo y la cuenta del resto del mundo.
Los indicadores muestran que el sector privado está corrigiendo desequilibrios a marchas forzadas
Sin sorpresas en el IPC. En julio, la tasa interanual caerá a -1,2%, y luego remontará y acabará 2009 cerca del 1,3%
En el primer trimestre, la economía española había reducido su necesidad de financiación frente al resto del mundo un 26% respecto a igual periodo de 2008 (dado que los datos de la CTNFSI no se publican desestacionalizados, la mejor forma de analizarlos es haciendo comparaciones interanuales o sumas móviles de cuatro trimestres). Como se ve en el gráfico superior izquierdo, la reducción se está produciendo no porque se ahorre más que hace un año, sino porque la inversión se está reduciendo con fuerza. Ahora bien, no todos los sectores se comportan de igual manera.
La renta disponible de los hogares registra un crecimiento interanual modesto, un 1,5%, debido a que la remuneración de los asalariados, su principal componente, cae al reducirse el empleo. Pero, a pesar de ello, los hogares están en una coyuntura ahorradora y han reducido su consumo nominal un 3,6%. Como consecuencia, su ahorro se dispara. En los últimos cuatro trimestres, los hogares han ahorrado el 14,1% de su renta disponible, tasa que supera en cuatro puntos porcentuales la de un año antes y se acerca a los niveles de la zona euro. Al mismo tiempo, también reducen fuertemente su inversión en capital fijo (vivienda principalmente), lo que ha permitido un vuelco en el saldo de operaciones no financieras, que ha pasado, también en términos acumulados en los cuatro últimos trimestres, de un déficit del 2,7% del PIB hace un año a un superávit del 1,8% ahora [gráfico superior derecho].
Otro tanto se observa en el ámbito de las sociedades no financieras. Su necesidad de financiación ha pasado del 11% al 6,4% del PIB entre los mismos periodos y en los mismos términos [gráfico inferior izquierdo]. En cambio, las cuentas del sector público evolucionan en sentido contrario, mostrando un deterioro que causa tanta impresión como la mejora del sector privado. Su ahorro ha desaparecido, por lo que sus gastos de capital netos, que, al contrario de lo que sucede en el sector privado, aumentan notablemente y alcanzan un 5,4% del PIB, tienen que financiarse íntegramente con déficit y endeudamiento [gráfico inferior izquierdo].
La conclusión principal que se obtiene de las cuentas de los sectores es que la economía, más concretamente el sector privado, está corrigiendo sus desequilibrios a marchas forzadas. En los últimos años de expansión se había adentrado por una senda insostenible, un callejón sin salida del que era preciso salir para encontrar un nuevo camino por el que transitar para seguir progresando. Estamos saliendo del callejón rápidamente, lo cual es necesario y positivo. Lo que deberíamos elegir ahora, y cuanto antes mejor, es la senda más apropiada para los próximos años. El problema es que, como casi siempre, las opiniones están divididas, por lo que se impone un liderazgo fuerte por parte de los gobernantes y que éstos piensen que gobiernan para toda la sociedad y no sólo para los intereses de sus grupos más cercanos.
Respecto al IPC, no hubo sorpresas, excepto que la inflación cayó una décima menos de lo previsto debido a las subidas a mediados de mes de los impuestos del tabaco y los carburantes. Las previsiones no cambian mucho: en julio, la tasa interanual bajará a -1,2%, y después comenzará a remontar para acabar el año en torno al 1,3%. La media anual se situará en -0,1%, lo que permitirá ganancias de poder adquisitivo importantes que, junto a la bajada de los tipos de interés, la mejora de la confianza y el saneamiento de las finanzas familiares, acabarán relanzando el consumo.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
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