'Lázaro', obra maestra; 'Gaudí', final de proyecto

La ópera española contemporánea atraviesa un esperanzador momento. Tras años de sequía, cada vez se estrenan y se graban más partituras, incluso en DVD. Aunque tímidamente, el mercado se anima con el lanzamiento de dos ambiciosas obras de dos autores coetáneos y plenamente consagrados: Lázaro, de Cristóbal Halffter (Madrid, 1930), y Gaudí, de Joan Guinjoan (Riudoms, Tarragona, 1931). El sello Neos y la Fundación BBVA lanzan la grabación del estreno mundial de Lázaro, ópera en un acto, con libreto de Juan Carlos Marset, filmada el 4 de mayo de 2008 en la Ópera de Kiel (Alemania) en un montaje dirigido musicalmente por Georg Fritzsch y escénicamente por Alexander Schulin. Obra maestra, de espléndida madurez, Lázaro muestra lo mejor del arte de un Cristóbal Halffter dueño de admirables recursos, capaz de otorgar un dramatismo y una fuerza expresiva arrolladora a una ópera que trasciende el tema bíblico con una profunda, tensa y reveladora reflexión sobre el misterio de la muerte y la muerte como despertar. Las medidas son las precisas -poco más de hora y cuarto, en un acto único y cinco escenas- para atrapar al espectador sin que la tensión decaiga en un viaje que culmina en una escena final tocada por el genio musical y literario.

Halffter va mucho más allá de los logros de su anterior ópera, Don Quijote -editada sólo en disco compacto, por Glossa- y lo hace por la plena compenetración con un espléndido libreto que sirve al compositor un lenguaje literario concebido para la ópera tras una profunda reflexión sobre el hecho operístico en nuestro tiempo. La palabra conmueve en su profunda identificación con la música y viceversa; Halffter aprovecha cada palabra, cada situación, cada atmósfera poética y plástica del libreto para recrearlo con una música de potente lirismo y dramatismo -los cuatro interludios de la ópera son soberbios- y un lenguaje vocal que busca la mayor expresividad a través de los más variados recursos, desde el canto a la declamación, desde la palabra hablada y el silencio al grito. Austeridad de la puesta en escena y calidad y entrega de una compañía dirigida con convicción por Georg Fritzsch en la que destacan Jörg Sabrowski y Claudia Iten.

En el caso de Gaudí, editada por Columna Música, no puede hablarse de primicia, sino de final de proyecto. Ópera en dos actos sobre la vida del genial arquitecto catalán, creada por Joan Guinjoan y el escritor Josep Maria Carandell, se estrenó en el Liceo de Barcelona en 2004 tras una exasperante espera: empezó a gestarse en 1989, por encargo de la Olimpiada Cultural, y se terminó en 1992. Carandell murió sin ver el estreno y Guinjoan, emocionado, asistió al evento sin lograr sacarse del todo la espina de ese angustioso paso del tiempo que se refleja en la propia partitura, que contiene logros absolutos como el ballet Trencadís. El montaje, dirigido musicalmente con enorme inspiración por Josep Pons, con dirección de escena del cineasta Manuel Huerga, se filmó en directo en el coliseo barcelonés el 10 de noviembre de 2004, con un reparto encabezado por Robert Bork (imponente en el papel de Gaudí), Elisabete Matos, Vicente Ombuena, Stefano Palatchi y Francisco Vas.